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Estados Unidos paralizado por el cierre del Gobierno
Estados Unidos amaneció hoy con el Gobierno parcialmente cerrado por primera vez en 17 años, una situación que obligará a 800.000 funcionarios a quedarse en casa sin cobrar y que no tiene visos de resolverse rápido dada la polarización política que se vive en el Congreso.
Hoy comienza el nuevo año fiscal y el Congreso ha sido incapaz de aprobar los fondos necesarios para que el Gobierno siga funcionando, fundamentalmente por el empeño del ala más conservadora de los republicanos en vincular esa financiación al desmantelamiento de la reforma sanitaria, uno de los mayores logros del presidente Barack Obama.
Además de los 800.000 funcionarios que se quedarán en casa, otro millón tendrá que ir a trabajar pero no recibirá sus salarios mientras dure el cierre.
El Gobierno federal es el principal empleador del país, con más de dos millones de civiles asalariados y 1,4 millones de militares en activo.
Los militares sí seguirán cobrando pese al cierre, gracias a una medida aprobada anoche por ambas cámaras del Congreso y firmada a continuación por Obama.
Los congresistas que han provocado el cierre del Gobierno han podido ver de primera mano el resultado de sus disputas en el Capitolio: una franja de más de dos kilómetros de museos, monumentos y edificios gubernamentales a lo largo del National Mall con las puertas cerradas.
Con hasta un millón de funcionarios federales en todo el país obligados a quedarse en sus casas sin sueldo, el impacto del cierre se ha concentrado principalmente en la capital, Washington, donde el Gobierno federal es el principal empleador.
Los turistas tenían hoy pocas razones para madrugar. Los museos del Smithsonian, uno de los principales destinos turísticos de la capital, tienen las puertas cerradas. Frente al popular Museo Nacional del Aire y el Espacio se podía leer el cartel "todos los museos del Smithsonian y el Zoo Nacional están cerrados hoy por el cierre del Gobierno. Lamentamos las molestias".
Las webcams que muestran a los animales del zoo están apagadas, incluida la de los pandas, lo que ha privado a los numerosos fans del nuevo panda gigante nacido el pasado mes de agosto de seguir sus progresos.
"Todos los animales seguirán siendo alimentados y atendidos", ha asegurado el Parque Zoológico Nacional para tranquilizar a la población en su página web.
Barreras impedían el acceso al Lincoln Memorial, donde se encuentra la estatua del presidente Abraham Lincoln. La escalinata del monumento, desde donde el activista Martin Luther King dio su famoso discurso 'he tenido un sueño' en 1963, estaban cerrada por una cinta en la que se podía leer "Policía, no cruzar".
Un portavoz del Servicio de Parques, Mike Litterst, ha indicado que otros lugares del Mall, entre ellos el Memorial de la Segunda Guerra Mundial, también están cerrados.
La capital, con 600.000 habitantes y un área metropolitana de casi 6 millones, sin embargo no es una ciudad fantasma. El Gobierno local está operativo, al igual que el transporte público, y aparentemente los atascos matutinos eran iguales a los de otros días.
En el Congreso, la Policía del Capitolio está apostada en las entradas, algunos de ellos quejándose, aunque fuera de cámara, de que tienen que estar ahí ya que son "personal esencial"si bien no se les paga.
Los miembros del Congreso seguirán recibiendo su salario durante el cierre, ya que están trabajando para cerrar un acuerdo que permita que el Gobierno vuelva a funcionar.
Algunos restaurantes y bares de la zona han visto una oportunidad de negocio. El 'Washington Post' ha publicado una lista de los locales en los que hay descuentos e incluso 'happy hours' durante todo el día, para que los funcionarios que no cobran no pasen hambre o sed.
Según este diario, el área de Washington podría perder hasta unos 200 millones de dólares al día debido al cierre de los principales destinos turísticos como el Smithsonian o el Zoo Nacional, de acuerdo con las autoridades.
El último cierre parcial del Gobierno se produjo en enero de 1996 y en esa ocasión duró 21 días.
De acuerdo con una encuesta de la Universidad Quinnipiac divulgada hoy, los votantes estadounidenses rechazan (por un porcentaje de 72 a 22 %) el cierre del Gobierno como intento de bloquear la reforma sanitaria promulgada en 2010.
Además, los votantes desaprueban (por un porcentaje de 74 a 17 %) el trabajo de los republicanos en el Congreso, con la peor valoración registrada desde que se elabora este sondeo.
Los estadounidenses "rechazan decididamente"el argumento de los republicanos de que la reforma sanitaria de Obama "es tan mala que merece la pena cerrar el Gobierno para detenerla", explicó Peter Brown, director adjunto del instituto de encuestas de Qunnipiac.
Lo ocurrido con el presupuesto hace temer una crisis aún mayor dentro de quince días, cuando el Tesoro alcance su techo de endeudamiento y el Gobierno tenga que pedir al Congreso permiso para aumentarlo.
"No voy a negociar", dijo Obama tajante este lunes en una entrevista con la radio pública NPR al ser preguntado sobre qué pasará si el Congreso se niega a elevar el techo de la deuda.
"Este ciclo perpetuo de política de riesgo calculado y crisis tiene que terminar de una vez por todas", advirtió el presidente, para quien se requiere "voluntad"por parte del liderazgo republicano en el Congreso "para poner los intereses a largo plazo del país por encima de los políticos a corto plazo".
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