Rusia
Europa recibe 2017 en guerra total con el EI
Las capitales se blindaron el 31 y en Colonia hubo casi cien detenciones preventivas
Las capitales se blindaron el 31 y en Colonia hubo casi cien detenciones preventivas
El tiempo pasa, pero el terror permanece. Si 2016 fue el año de la constatación de que el terrorismo yihadista acecha casi en cada esquina, los europeos comienzan 2017 con la certeza de que la pesadilla continúa, aunque esta vez haya golpeado a Turquía. Todo indica que peores presagios no van a evaporarse en estos doce nuevos meses y las principales capitales europeas han celebrado el comienzo de 2017 sumidas en una extraña mezcla de euforia y temor, blindadas ante posibles ataques, tras la conmoción sufrida en Berlín por el atentado en el mercado navideño que se cobró la vida de 12 personas el 19 de diciembre.
Angela Merkel comienza el año de su previsible reelección como canciller en septiembre enfrentándose «al mayor desafío», tal y como ha calificado ella misma al terrorismo islamista. Tras la masacre en el mercado navideño, Berlín ha saludado 2017 con las zonas más transitadas rodeadas por bloques de hormigón que imposibiliten nuevos atentados que emulen el modus operandi de Niza en la denominada «milla de la fiesta» entre la Puerta de Brandeburgo y la Columna de la Victoria. Las autoridades también emplearon medidas de seguridad adicionales con el despliegue de 1.800 agentes y 800 miembros de equipos privados de seguridad.
En el recuerdo de los alemanes también permanece la Nochevieja de los horrores del año 2015 en Colonia, en la que grupos organizados, mayoritariamente inmigrantes, llevaron a cabo ataques coordinados que se saldaron con 1.200 mujeres atacadas, incluidas violaciones. Este año, las autoridades alemanas han emprendido una serie de detenciones preventivas a individuos que, según fuentes policiales, mantenían «actitudes o intenciones similares». El jefe de la Policía local, Jürgen Matthies, cifró ayer en 96 las detenciones llevadas a cabo en la última noche de 2016, de las que 16 son de individuos de nacionalidad alemana. El resto provienen mayoritariamente del Magreb.
Bruselas, la capital que alberga las instituciones europeas, se enfrentó el 22 de marzo a un doble ataque en la estación de metro de Maelbeek y el aeropuerto de Zaventem que terminó con la vida de 32 personas. Una masacre perpetrada por la misma célula que había atentado en París en noviembre de 2015 y que sumió al país en el luto y una crisis institucional sin precedentes debido a los reiterados errores de las Fuerzas de Seguridad. Si en la Nochevieja de 2015 se decidió la cancelación de los tradicionales fuegos artificiales en la emblemática Grand Place de la capital belga ante el temor a nuevos atentados, este año se ha apostado por la vuelta a la normalidad, aunque sea envuelta en una evidente tensión. Los fuegos artificiales han vuelto a estar presentes y las autoridades calificaron ayer como un éxito la celebración del Año Nuevo en las calles más céntricas de Bruselas, a pesar del dispositivo de seguridad adicional puesto en marcha con controles suplementarios y la prohibición de llevar bebidas y bultos. El nivel de alerta se mantiene en el mismo escalón que tras los ataques de marzo, en el nivel 3 de un máximo de cuatro, lo que indica una probabilidad de atentado «posible y verosímil», pero no «inminente».
Francia permanece también sacudida por el zarpazo del terror. El Gobierno, tras decretar en diciembre la continuación del estado de emergencia durante siete meses más, también ha puesto en marcha estas Navidades medidas suplementarias con el despliegue de hasta 96.000 efectivos de los diferentes cuerpos de seguridad en los lugares más emblemáticos y transitados. El estado de emergencia se prolongará como mínimo hasta el 15 de julio, tras la celebración de las elecciones presidenciales y legislativas. El 14 de julio, día de la Fiesta Nacional, se celebrará el primer aniversario del ataque perpetrado con un camión en Niza, que mató a 83 personas.
Una estampa muy parecida de algarabía en medio del temor se ha vivido en Londres. La capital británica puso en marcha durante la Nochevieja medidas adicionales con el despliegue de 3.000 agentes y especial vigilancia en los alrededores del Big Ben, donde miles de personas presenciaron los fuegos artificiales a las orillas del Támesis.
Alerta por ataques químicos
Ben Wallace, secretario de Estado de Seguridad británico, aseguró en una entrevista al «Sunday Times» que están en alerta ante un posible atentado del Daesh con armas químicas, tanto contra Gran Bretaña como contra otras ciudades europeas. «La ambición del Estado Islámico es hacer ataques con un número de víctimas masivo. No tienen objeción moral en usar armas químicas. Las cifras de víctimas que podrían producirse estarían por encima de los peores temores de todos», aseguró. Aunque no habla de ningún plan concreto de atentado, sí indica que se han estado preparando contra esta amenaza.
Un paquete bomba hiere a un policía italiano
Un artificiero de la Policía italiana resultó herido, en la madrugada del sábado al domingo, mientras desactivaba un paquete bomba situado cerca de una librería de Florencia vinculada a una organización de extrema derecha. Tiene 39 años y su vida no corre peligro, pero ha perdido el ojo derecho y le ha sido amputada la mano izquierda.
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