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La OTAN despliega drones en el mar Báltico con una importante misión: vigilar los navíos de guerra rusos

La OTAN ha desplegado una serie de vehículos aéreos no tripulados para vigilar las aguas del mar Báltico en el cual navegan buques mercantes y de guerra procedentes de Rusia

Aparece el símbolo de la OTAN en primer lugar y al fondo dos soldados en un navío equipados con fusiles de asalto
La OTAN despliega drones en el mar Báltico con una importante misión: vigilar los navíos de guerra rusosOTAN

El Mar Báltico continúa siendo un punto estratégico de alta sensibilidad geopolítica en Europa. La creciente actividad militar y comercial en sus aguas exige una capacidad de vigilancia constante y sofisticada para garantizar la seguridad y la estabilidad regional.

En este contexto, la innovación tecnológica juega un papel crucial. Las plataformas no tripuladas, tanto aéreas como marítimas, se están convirtiendo en herramientas indispensables para la recopilación discreta de inteligencia y el monitoreo de vastas extensiones de mar.

Estas herramientas autónomas permiten a las fuerzas de defensa mantener una presencia persistente sin poner en riesgo a tripulaciones humanas, adaptándose a las complejidades del entorno marítimo moderno y sus desafíos.

Vigilancia silenciosa: Drones de la OTAN rastrean buques rusos en el Báltico

La Alianza Atlántica ha intensificado sus esfuerzos de vigilancia en el Mar Báltico mediante el despliegue de sistemas navales no tripulados avanzados. Como parte de una demostración operativa crucial bajo la iniciativa Task Force X, la OTAN ha evaluado la capacidad de estos vehículos autónomos para monitorear activamente el tráfico marítimo, incluyendo embarcaciones de guerra y buques mercantes vinculados a intereses rusos.

Durante el ejercicio, que tuvo lugar el pasado mes de junio, se desplegó un conjunto diverso de plataformas no tripuladas, incluyendo embarcaciones de superficie autónomas como los Voyager de la empresa Saildrone. Estos vehículos de diez metros de eslora operaron en áreas clave como el Golfo de Finlandia y el Báltico occidental, logrando la detección y seguimiento de cientos de navíos a diario. Identificaron eficazmente tanto "fuerzas rojas" simuladas como objetivos reales y poco visibles en la zona.

El enfoque principal de esta misión se centró en el seguimiento de los buques militares rusos y la conocida "flota en la sombra", compuesta por petroleros obsoletos y a menudo sin seguro que Moscú utiliza para eludir las sanciones internacionales. La operación se enfrentó a condiciones meteorológicas adversas, demostrando la capacidad de los drones para mantener la vigilancia incluso con fuertes vientos y olas significativas. La existencia y crecimiento de esta flota en la sombra subraya la necesidad de una vigilancia marítima constante.

Este despliegue subraya la prioridad de la OTAN en la integración rápida de tecnologías disponibles comercialmente para mejorar sus capacidades operativas. Los datos recopilados por los sistemas autónomos fueron integrados en un cuadro de mando compartido, proporcionando a los comandantes información situacional en tiempo real. La iniciativa Task Force X busca también replicarse a nivel nacional en varios países miembros, impulsando la innovación y la interoperabilidad en la defensa marítima del futuro.