Bruselas
Fin del muro norte y sur
- En estas elecciones se aplica el Tratado de Lisboa. ¿Las reformas harán más efectiva la Eurocámara?
–Con las reformas que se introducirán tras las elecciones, el nuevo Parlamento funcionará de una manera más similar a la de un parlamento nacional, con una mayoría parlamentaria cuyo líder se convertirá en el presidente de la Comisión, que será el «primer ministro» europeo y cuya figura tendrá un mayor apoyo y peso. La Eurocámara albergará un trabajo más politizado, con más debate, y con una visibilidad mayor.
- ¿Reforzarán estas elecciones la hegemonía alemana?
–No. Con un poder parlamentario más fuerte, con un presidente de la Comisión cuyo «sillón» no ha sido fruto de acuerdos oscuros entre jefes de gobiernos, en los cuales la posición alemana pesaba muchísimo, sino a una mayoría parlamentaria, la representatividad democrática de toda la Unión será mayor. Alemania continuará pesando por el número de escaños que ocupa, pero disminuirá el peso de los jefes de gobiernos. ¿Hará eso la Unión más manejable? Eso es incierto, pero por lo menos se producirá una democratización de las instituciones comunitarias.
- ¿Puede la CE funcionar como una Gran Coalición como propuso Merkel?
–Sí. Las ventajas son muy claras: con una Comisión politizada el ciudadano tendrá más ecos de los modos de tomas de decisiones en Bruselas y la Comisión, llevando a cabo un proyecto político concreto, hará más uso de su derecho de iniciativa que lo que se ha podido notar hasta ahora. La desventajas también saltan a la vista: politizando la Comisión, la UE pierde la neutralidad, pues la toma de decisiones no será entre gobiernos y tecnócratas como hasta ahora.
*Investigador del «think tank» FRIDE. Preguntas elaboradas por Ángel Nieto
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