Estados Unidos

Frenético final de campaña en Estados Unidos

Obama se moviliza en un intento de arañar votos de las minorías y se centran en cuatro Estados. La campaña se centra en estos últimos días en cuatro estados fundamentales, Florida, Carolina del Norte, Pensilvania y Ohio

Donald Trump y Hillary Clinton
Donald Trump y Hillary Clintonlarazon

El sprint final de campaña para la presidencia estadounidense es frenética. La igualdad en las encuestas entre los dos candidatos, Donald Trump y Hillary Clinton ha hecho reaccionar al presidente Barack Obama y movilizarse en estos últimos días para arañar votos de sectores de población que serán decisivos para que Clinton acceda a la Casa Blanca.

La aspirante demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, cerrará la campaña electoral en Filadelfia (Pensilvania) acompañada por su esposo y exmandatario, Bill Clinton, y su hija, Chelsea; el presidente estadounidense, Barack Obama, y la primera dama, Michelle, informó hoy su campaña. La exsecretaria de Estado ha escogido Filadelfia, la misma ciudad donde se celebró la Convención Nacional Demócrata de la que salió oficialmente nominada como aspirante de su partido el pasado julio, para cerrar la campaña el próximo lunes, en un estado en el que tiene ventaja según las encuestas, pero que es fundamental para su victoria.

El candidato presidencial republicano, Donald Trump, pasará la noche electoral del próximo 8 de noviembre en el hotel Hilton Midtown de Manhattan, según anunció su campaña."La fiesta de la victoria se celebrará en Nueva York en el hotel Hilton Midtown, en un evento al que solo están invitados amigos y seguidores de la campaña", según un mensaje enviado a la prensa.

Obama, que goza en estos últimos días de su mandato de enorme popularidad, se despliega por todo el país y ha llamado expresamente a acudir a las urnas a los jóvenes y a los afroamericanos. Con apenas dos puntos porcentuales de ventaja de la candidata demócrata Hillary Clinton frente a su rival republicano, cada voto cuenta y la participación es decisiva a la hora de inclinar la balanza final. El voto de los afroamericanos, latinos, jóvenes y mujeres es fundamental. Si estos grupos de población no se movilizan, la victoria del republicano Trump es posible. De hecho, los mercados internacionales llevan una semana reaccionando con pérdidas ante la incertidumbre. El precio del petróleo se ha desplomado más de un 3 por ciento y la Reserva Federal ya anuncia una subida de los tipos de interés antes de finales de año. El país está dividido completamente. Ambos candidatos tienen a una gran parte de sus fieles en contra. Están igualados en impopularidad. De hecho, siete de cada diez republicanos ven a su partido dividido tras la elección de Trump como candidato a la presidencia.El dato, difundido por el Pew Research Center, pone de manifiesto el efecto provocado por la irrupción del magnate neoyorquino, que ha recibido no pocas críticas de sus propios compañeros a raíz de las constantes polémicas en las que se ha visto envuelto durante las primarias y la posterior campaña contra Hillary Clinton.

Entre los datos a tener en cuenta figura no sólo las simpatías que puede generar Trump, sino también las antipatías que genera Clinton entre un amplio sector de la población estadounidense. No en vano, ambos están considerados los candidatos a la Casa Blanca peor valorados de la historia reciente en Estados Unidos. Un 51 por ciento de los republicanos entrevistados ha admitido que respaldará a Trump no porque simpatice con él, sino para evitar que Clinton pueda llegar a la Casa Blanca. Se trata del mayor dato de "voto negativo"desde el año 2000, cuando George W. Bush intentó por primera vez alcanzar la Presidencia. Por su parte, Hillary Clinton está en uno de los peores momentos de su campaña después de la investigación anunciada del FBI a sus correos electrónicos. En la jornada del miércoles se mostró muy conciliadora apelando a que gane el "amor frente al odio"y comprometiéndose a poner todo de su parte para unir a las personas y al país. Trump, por su parte, mantiene su esencia en los mítines de los últimos días de campaña llamando"desquiciada"e "inestable"a su rival política. El presidente Barack Obama, que se desdobla en esta etapa final para apoyar a Hilary Clinton, ha asegurado que la mejor defensa de la candidata demócrata es el propio Donald Trump y ha descalificado la actuación del FBI en relación a la investigación abierta a Hillary. "No actuamos basándonos en insinuaciones"ha dicho Obama, al tiempo que ha reclamado que se facilite toda la información porque las dudas perjudican a Clinton.

El voto negro, tradicionalmente demócrata, puede ser decisivo para evitar la victoria de Donald Trump. En este contexto de intentar movilizar a los votantes negros han sucedido dos acontecimientos que pueden ayudar a que los afroamericanos acudan a las urnas e intenten evitar que su abstención favorezca al republicano. En la jornada del miércoles, una iglesia afroamericana fue incendiada y en una de sus paredes aparecía una pintada con el lema "vota a Trump". A pesar de que los responsables de campaña del magnate republicano han condenado la acción en el estado de Mississippi, se han encontrado también con la publicación de un periódico afiliado al Ku Klux Klan (KKK) respaldando a Trump.

"Estados Unidos fue fundado por un republicano, cristiano y blanco y se volvió grande como (un país) republicano, cristiano y blanco", destaca The Crusander en su apoyo al republicano. Palabras que no favorecen el voto negro para Trump.

El hecho de que a Trump se le haya relacionado con el líder neonazi Andrew Anglin y con el exlíder del KKK David Duke es aprovechado por sus oponentes demócratas para solicitar a los afroamericanos que acudan mayoritariamente a las urnas y eviten la abstención, que sólo beneficiaría a Trump.

La campaña se centra en estos últimos días en cuatro estados fundamentales, Florida, Carolina del Norte, Pensilvania y Ohio, siendo éste último en el que Clinton pierde su ventaja frente a Trump.

Tradicionalmente, los comicios presidenciales han dependido en Estados Unidos de unos pocos estados que oscilan entre demócratas y republicanos en función del candidato que presenten cada uno de los dos grandes partidos.

Uno de ellos es Florida, donde Clinton mantiene una ligera ventaja de un punto porcentual sobre Trump. La exsecretaria de Estado lograría el 46 por ciento de los votos, frente al 44 por ciento del magnate neoyorquino, según un sondeo de la Universidad de Quinnipiac que habla de un 4 por ciento de indecisos.

La ventaja de la candidata demócrata se amplía --a cuatro puntos-- en Carolina del Norte, donde obtendría el 47 por ciento de los votos, aunque el resultado más cómodo lo lograría en Pensilvania. En este estado, Clinton sumaría el 48 por ciento de los sufragios, cinco puntos por encima de Trump.

Por su parte, el candidato republicano parte con ventaja en Ohio, con un 46 por ciento en intención de voto y un margen de un punto sobre su rival directa.

La victoria en los 'swing states', un total de once en esta ocasión, es clave para lograr los 270 compromisarios necesarios en el Colegio Electoral, el órgano que en última instancia elegirá al futuro presidente.

Otr Press/ Efe