Política

Espionaje en EEUU

Frente de Merkel y Hollande contra el espionaje de Obama

«Espiar a los amigos es totalmente inaceptable», dice la canciller en Bruselas. Francia y Alemania se comprometen a reforzar la ley de protección de datos

Angela Merkel, ayer, a su llegada a la reunión del Partido Popular Europeo previa al Consejo de Bruselas
Angela Merkel, ayer, a su llegada a la reunión del Partido Popular Europeo previa al Consejo de Bruselaslarazon

La UE parece haberse cansado de la cascada de evidencias que apuntan a que la Agencia de Seguridad Nacional de EE UU (NSA) ha estado espiado impunemente las comunicaciones de sus socios desde hace años. «Espiar a los amigos es totalmente inaceptable», advirtió ayer la canciller alemana, Angela Merkel, al llegar al Consejo Europeo, tras conocerse que Washington habría pinchado su móvil.

En julio, cuando la Prensa reveló las primeras informaciones al respecto, ninguno de los Veintiocho puso el grito en el cielo, tratando de mantener las relaciones bilaterales sin levantar mucha polvareda. Sólo el presidente francés, François Hollande, había coqueteado con la idea de tomar medidas frente a EE UU, pero ante la falta de adhesiones por parte del resto de las capitales europeas se quedaron en agua de borrajas sus tímidos esfuerzos de suspender el inicio de las negociaciones para el acuerdo de libre cambio UE-EE UU. Sin embargo, las últimas evidencias han sacudido el frente comunitario. Al calor de las nuevas informaciones, Merkel y Hollande mantuvieron ayer una reunión bilateral previa al inicio del Consejo, puesto que ambos se han visto obligados a hablar por teléfono con el presidente estadounidense, Barack Obama, para pedirle explicaciones sobre lo ocurrido. En el encuentro, los dos mandatarios estudiaron la posibilidad de reforzar las normas de la UE sobre protección de datos en internet. «No es concebible ni aceptable que haya un espionaje de este tipo, por lo tanto, la verificación de la atención y la protección de los datos personales tiene que ser hecha al máximo nivel», insistió el primer ministro italiano, Enrico Letta.

A este respecto, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, aireó el fantasma de la Policía secreta de la Alemania comunista, para recalcar que el derecho a la privacidad es «fundamental» y «muy sensible» en la UE, pues ya ha vivido el «totalitarismo». Los europeos «consideran el derecho a la privacidad como fundamental y no pueden hacer como si fuera algo accesorio», dijo. El presidente de la Comisión relacionó la sensibilidad en la UE con la historia reciente de países como Alemania, «donde hace unos años había una policía que espiaba a la gente diariamente». «Sabemos, porque es muy reciente, lo que significa el totalitarismo. Sabemos lo que pasa cuando los países utilizan este poder para inmiscuirse en la vida privada de la gente», recalcó.

En la misma línea, el presidente del Parlamento Europeo, el alemán Martin Schulz, recalcó que si democracias que tienen relaciones profundas, amistosas, hacen escuchas, incluso a móviles del Gobierno, esto demuestra «una dimensión de la caída de la calidad de la democracia». En este sentido, recalcó que Estrasburgo ha pedido que se suspenda temporalmente el acuerdo que permite la transferencia de datos bancarios europeos a EE UU en la lucha antiterrorista.

Por su parte, la vicepresidenta de la Comisión y responsable de Justicia, Viviane Reding, aprovechó el jaleo para sacar pecho y pedir a los líderes europeos que aprueben cuanto antes la reforma presentada por su departamento para endurecer las normas de la UE sobre protección de datos en internet. «Ésta sería una declaración de independencia de Europa. Sólo entonces Europa puede hacer frente de forma creíble a EE UU», subrayó. «Los más recientes escándalos de espionaje muestran que la protección de datos debe aplicarse a todo el mundo, ya sea a los correos electrónicos de los ciudadanos o al teléfono móvil de Merkel», planteó Reding. Precisamente, el Parlamento Europeo introdujo esta semana una enmienda a la norma para prohibir a las empresas de telecomunicaciones, como Facebook o Google, el traspaso a las autoridades estadounidenses de datos procesados en Europa, incluso aunque hayan sido objeto de una orden judicial norteamericana, si no cuentan con la autorización europea. La nueva normativa establece multas de hasta el 5% de la facturación anual mundial o 100 millones de euros a las compañías que entreguen información a terceros. Estos cambios son contestados por las empresas, como pudo verse ayer en Bruselas. El representante de la patronal BusinessEurope, Markus J. Beyrer, arremetió contra estas medidas por imponer cargas burocráticas «excesivas». Las conclusiones del Consejo Europeo señalan, en el apartado «Fomento de un Mercado Único Digital favorable para el consumidor y las empresas», que no hay que escatimar esfuerzos para acelerar los trabajos sobre las propuestas legislativas, en particular las relativas a la identificación electrónica, la facturación y los servicios de pago, a fin de que puedan adoptarse de aquí al final de la legislatura. No citan, sin embargo, la propuesta de la Comisión de poner fin al cobro por itinerancia en la telefonía móvil («roaming»).