Terrorismo yihadista
Gilles Kepel: «Al yihadismo le encantaría ver a Le Pen como presidenta»
En su nuevo libro analiza el origen de la yihad en Francia y traza un paralelismo con el auge de la derecha xenófoba
En su nuevo libro analiza el origen de la yihad en Francia y traza un paralelismo con el auge de la derecha xenófoba
Gilles Kepel (París, 1955) es uno de los grandes expertos franceses en yihadismo. En los últimos meses, este politólogo y profesor de la Universidad de Sciences Po ha tenido que acostumbrarse a vivir rodeado de guardaespaldas debido a las amenazas de muerte recibidas a raíz de la publicación de su libro «El terror entre nosotros. Una historia de la yihad en Francia», editado ahora en España por Península. En estas páginas traza la genealogía del yihadismo francés y analiza los factores políticos, culturales, tecnológicos y generacionales que han propiciado el surgimiento de lo que él llama la tercera generación de la yihad.
–¿Por qué Francia se ha convertido en el blanco de este terrorismo?
–Es algo que tiene que ver con España, con el ideólogo hispano-sirio Abu Musad Al Suri, conocido como Setmarian. Él subió a internet el libro «Llamada a la resistencia global» en 2005. En dicho texto, argumentaba que Europa tiene que ser el blanco de los ataques. A su juicio, los atentados del 11-M en Madrid fueron un éxito porque tuvieron consecuencias políticas. Los atentados que se han producido desde entonces en Europa han sido contra objetivos que pueden ser identificados por los musulmanes como enemigos del islam. Periodistas, que son vistos como islamófobos, judíos, policías y un sacerdote, que es un símbolo de la Iglesia católica.
–Pero esos ataques no han cambiado la política en Europa...
–No, por eso persiguen ataques masivos que aumentan el terror.
–¿Qué rasgo define a la tercera generación de la yihad?
–Es muy eficiente porque actúa fuera del alcance de la Policía. No es una estructura jerárquica, desde arriba, como Al Qaeda, sino desde abajo. El inconveniente es que sus ejecutores no son gente sofisticada. Matan a mucha gente, pero las consecuencias políticas de sus ataques no son las deseadas. Lo que ellos quieren es la movilización de las masas musulmanas.
–¿Cree que los yihadistas y la extrema derecha en Francia tienen un objetivo de impulsar la yihad?
–A los yihadistas les encantaría tener a Marine Le Pen como presidenta de Francia. Cuanto más cerca está la extrema derecha del poder, más argumentos tienen para movilizar a las masas. Para ellos es mejor tener como enemigo a alguien que puedes identificar fácilmente como tal, porque es algo que les ayudará a reclutar a más gente. Esto es algo que se ve muy bien en los textos de Setmarian. Él quiere iniciar el proceso para una guerra civil en Europa. La primera fase, en la que estamos ahora, consiste en provocar reacciones violentas contra los musulmanes en Europa y llegar así al enfrentamiento, pero esto no ha funcionado. No ha funcionado, primero, porque las sociedades europeas no están en ese punto y, segundo, porque la mayoría de los musulmanes de Europa odian la yihad. A pesar de todo, tenemos 239 muertos en Francia en un año y medio. España estaba acostumbrada al terrorismo de ETA, pero esto es algo totalmente nuevo para los franceses.
–Dice usted que ni Mitterrand ni Sarkozy ni Hollande han sabido hacer frente a este fenómeno.
–Ha habido muchas respuestas equivocadas. La Policía no supo entender el yihadismo «desde abajo» diseñado por Setmarian. Las Fuerzas de Seguridad pensaron que este terrorismo venía desde arriba y no se lo tomaron en serio. Tampoco vieron a tiempo las redes sociales como vehículo yihadista. Otro gran problema es el sistema penitenciario, que ha sido la gran incubadora del yihadismo francés. El tercer aspecto tiene que ver con la educación, con la falta de futuro y de referentes en las familias de los suburbios franceses, donde mucho niños crecen con la ideología de la revancha que predica el salafismo. Francia es el mayor exportador neto de yihadistas, tenemos más de mil combatientes. Por supuesto que es un problema de seguridad, pero también es un problema de educación, por eso creo que la escuela es muy importante, y esto no está siendo atendido por las élites políticas.
-Hollande prefiere hablar de una guerra dentro de Francia y se refiera a ellos como un ejército.
-No estoy de acuerdo con eso que dijo el presidente. Estamos en guerra fuera de Francia, pero no dentro porque si es verdad que dentro de Francia estamos en guerra eso supone que asumimos los argumentos de los yihadistas sobre el objetivo de propiciar una guerra civil europea.
–Usted señala que el yihadismo es un síntoma de la creciente fractura social en Europa.
–Eso es. Para alguien que tiene formación y dinero, la situación actual en Europa es cómoda, pero los que sufren la deslocalización de las empresas y han perdido su trabajo están sufriendo la crisis de identidad política. Y esto es algo que está cambiando la agenda política de Europa. No hay más que mirar el hundimiento de los partidos socialdemócratas en Europa. En este contexto, el yihadismo es un síntoma de las fracturas que están apareciendo en las sociedades europeas. La misma elección de Trump se puede ver como un empoderamiento de las clases trabajadoras. Y en Francia los obreros votarán a Le Pen.
-¿Cree que el multiculturalismo en Europa ha fracasado totalmente?
-Sí. La oposición entre el multiculturalismo y el centralismo es falsa. Vivimos en una mezcla de ambas. Un sistema multicultural fracturado o un sistema totalitario serían terribles. Hay que encontrar algo en medio de ambos, y ese es el gran reto para Europa, y más si la clase política es débil, como sucede ahora mismo.
-¿Se puede decir que Obama fue un presidente cobarde en Oriente Medio?
-Obama trató de desligarse de Oriente Medio porque la importancia económica de esta zona ha disminuido debido a la caída de los precios del petróleo. A largo plazo, la visión de la administración norteamericana es que EE UU Oriente Medio será marginada en lo económico y por consiguiente, el fenómeno del terrorismo yihadista disminuirá. Pero en el corto plazo, Rusia se está enfrentando a este reto con cierta efectividad en el plano militar. Esa es la razón por la que Trump alaba a Putin.
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