Guillermo Fariñas: «Es combustible para el castrismo»

Guillermo Fariñas (Satan Clara, 1962) es una de las voces opositoras más relevantes de Cuba. Hizo historia muy a su pesar en 2010, cuando se embarcó en una huelga de hambre que a punto estuvo de costarle la vida. No fue la única. Hasta en 23 ocasiones ha recurrido a esta forma de protesta para pedir el fin del castrismo. En una entrevista telefónica con LA RAZÓN, Fariñas, portavoz de la Unión Patriótica de Cuba, se muestra escéptico ante el histórico paso dado por EE UU y Cuba.

–¿Qué es lo más positivo de esta decisión?

–Esta decisión es tolerable en la medida en que puede servir para mejorar la relación entre los dos países y solventar un problema humanitario con la liberación de los presos de ambos países. Ahora bien, lo que no vamos a tolerar es que implique un levantamiento incondicional del embargo.

–¿Puede ser el primer paso para el fin del embargo?

–El embargo es la llave para que Cuba camine hacia un Estado de derecho. Además, Obama tiene un compromiso moral con la democracia. Él mismo hizo una promesa a disidentes cubanos, entre ellos como a Bertha Soler –líder de las Damas de Blanco–, y a mí mismo de que cualquier movimiento con respecto a Cuba iba a ser consultado con la oposición no violenta cubana, cosa que no ha hecho. No estamos de acuerdo con que el sacrificio de los cubanos, los que ya no están vivos, los que se murieron en el estrecho, los que fueron fusilados y los que pasaron más de 20 años de prisión, sea olvidado por una conveniencia economicista. El presidente de Estados Unidos es el primero que tiene que mirar el aspecto moral de los pasos que está dando y tener en cuenta que no puede salir perjudicada una ciudadanía que aspira a la democracia. Queremos cambios, pero cambios verdaderos y con democracia. No queremos aupar a una dinastía familiar en una supuesta transición.

–¿Se puede interpretar este paso adelante del Gobierno cubano como un signo de debilidad del presidente Raúl Castro?

–Raúl Castro estaba ahogándose por la situación económica, social y política que había y que hay en el país. Desde el punto de vista político, lo que vemos es que se le está tirando una cuerda al enemigo que se está ahogando. El Gobierno cubano ha demostrado que no se puede confiar en él porque es un Gobierno estafador y embustero.

–La UE, Brasil, los países del este asiático y ahora Estados Unidos están tomando posiciones sobre Cuba. ¿Se están preparando para el final del castrismo?

–Los castristas tienen planificado su propia transición, que va a ser una mezcla de «putinismo» y «nasserismo» egipcio; por eso, estos anuncios no van a ser el fin del castrismo. Al contrario, le van a dar combustible para 50 años más, porque el régimen está atricherado. El Ministerio de las Fuerzas Armadas tiene todas las empresas que reciben divisas libremente convertibles y lo que van a hacer es exacerbar el ente militarista dentro del castrismo para que se perpetúa. Si hay una transición a la democracia en Cuba, desgraciadamente tendremos derramamiento de sangre o cincuenta años más de comunismo.