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Ruanda

«Había restos humanos por todos los sitios»

Testimonio del Padre Fullana

La Razón
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Han pasado 20 años, pero las imágenes del genocidio no se le han borrado de la mente. Mientras le relata a LA RAZÓN su vivencia en persona de este asesinato masivo no puede evitar las lágrimas. «Vi cómo mataban a gente a machetazos, cómo incendiaban casas con familias enteras dentro e, incluso, los asesinos intentaron acabar con mi vida al asaltar la camioneta en la que viajaba con comida para los refugiados que vivían en nuestras instalaciones», relata el párroco mallorquí Melchor Fullana. En su misión de Rukana llegó a refugiar a más de 2.700 tutsis que huían de sus perseguidores, «pero quizá, agruparles a todos en nuestra misión no fue una buena idea, porque a los hutus les fue más sencillo localizarles allí, en vez de tener que ir casa por casa», lamenta. Recuerda que los cadáveres se amontonaban por miles, «de hecho durante un año no pude comer carne porque todo me recordaba a los pedazos de cuerpos humanos esparcidos por el suelo. Fue horrible», confiesa. Él tuvo la oportunidad de abandonar Ruanda cuando los cascos azules comenzaron a desalojar «a los blancos», sin embargo, decidió que aquel era su sitio y que no podía abandonar a los que ya formaban parte de su familia. «En nuestras instalaciones, varios paramilitares se hacían pasar por refugiados, y en un momento dado se inmolaban. No podíamos prever que iban a atacarnos», lamenta el padre Fullana.