Política

Argentina

Hallada una tercera entrada y huellas en la casa del fiscal

El informe de Nisman concluye que se cambió impunidad judicial por petróleo

El cerrajero que abrió la puerta de la casa de Nisman dijo que la puerta de servicio estaba abierta
El cerrajero que abrió la puerta de la casa de Nisman dijo que la puerta de servicio estaba abiertalarazon

Los investigadores han revelado que la casa de Nisman, tiene, además de la puerta principal y la del servicio, un tercer acceso. Al parecer, la vivienda está comunicada con el apartamento de al lado por un pasillo en el que están instalados los aparatos de aire acondicionado.

Cuanto más se investiga, más crecen las dudas por la muerte del fiscal Alberto Nisman el domingo tras aparecer con un disparo en la sien en su casa de Buenos Aires. Los investigadores descubrieron ayer un tercer acceso al apartamento del piso 13 del edificio Le Parc, donde falleció Nisman. El pasadizo comunica la vivienda de Nisman con otra que está habitada por un ciudadano extranjero, que no es de origen iraní. En esta zona de la casa están los equipos del aire acondicionado. En ese pasadizo, los investigadores detectaron una pisada reciente en el piso, y sobre la barra de protección, una huella digital. Además, los peritos realizarán un nuevo disparo con el arma que mató al fiscal para determinar si deja o no rastros de pólvora. El primer barrido electrónico realizado en busca de residuos en la mano de Nisman dio negativo. Esto significa que aún no se pudo corroborar si fue un suicidio. Nisman tenía dos armas de su propiedad. Sin embargo, el cuerpo apareció junto a una pistola que no le pertenecía y que se la había suministrado un día antes de la muerte un colaborador de su Fiscalía, el especialista informático Diego Lagomarsino, quien aclaró que el fiscal se la pidió por «seguridad».

Mientras, la fiscal del caso, Viviana Fein, sigue reuniendo testimonios. Tras los escoltas, ayer le tocó el turno al cerrajero que fue llamado para abrir la puerta de la casa. «La puerta de servicio estaba abierta», dijo, encendiendo otra alarma en esta ya compleja investigación. «Esa puerta la pudo haber abierto cualquiera. Tardé dos minutos, corrí el pestillo y se abrió», describió. La versión oficial indicaba que cuando llegó la Policía al domicilio con el cerrajero, la puerta de servicio estaba cerrada con la llave puesta desde dentro. Ahora, este testimonio lo contradice y abre nuevos paréntesis para que la Fiscala amplíe su abanico de búsqueda.

De forma paralela y sin previo aviso, el Centro de Información Judicial, dependiente de la Corte Suprema, difundió la denuncia completa del fallecido fiscal en la que acusa a la presidenta Cristina Fernández por encubrimiento en la investigación del atentado de 1994 contra la sede de la mutua israelí AMIA en Buenos Aires, que dejó 85 muertos. En este escrito de 300 páginas, que fue entregado por Nisman al juez Ariel Lijo, se profundiza en la denuncia realizada por el propio fiscal días antes contra la presidenta y el ministro de Exteriores, Héctor Timerman, a quienes acusó directamente de encubrir a los iraníes sospechosos de llevar a cabo el atentado a cambio de reabrir el comercio entre ambos países. Según Nisman, a partir del 2011, la presidenta cambió su política y empezó a negociar en secreto con Teherán para relanzar la relación económica bilateral. A cambio de la compra de granos por parte de Irán, Kirchner habría instruido a su ministro de Exteriores para elaborar un memorándum con los diplomáticos iraníes, que establecería la colaboración entre ambos países para resolver el «caso AMIA». El secretario general de la Presidencia argentina, Aníbal Fernández, respondió ayer diciendo que la tesis de Nisman es «endeble» y «sin concepto».

La sociedad argentina sigue conmocionada por este suceso. Un sondeo de ayer reveló que el 70% cree que fue un asesinato.

Fallos de seguridad

El fiscal Nisman, encargado de investigar el atentado terrorista más importante del país, padecía amenazas desde hace años. Tenía asignados a diez efectivos policiales, pero todo parece indicar que la vigilancia no era muy estricta. Se apostaban en la puerta del edificio, muy lejos de la casa. Ni siquiera estuvieron cerca de él en las horas previas a su declaración en el Senado.