Amenaza nuclear
Irán desafía a Washington con la prueba de un misil
La ONU y EE UU temen que el ensayo militar de Teherán viole el acuerdo nuclear y las resoluciones del Consejo de Seguridad.
La ONU y EE UU temen que el ensayo militar de Teherán viole el acuerdo nuclear y las resoluciones del Consejo de Seguridad.
La República islámica de Irán no sólo ha probado su capacidad balística, sino que también ha querido poner a prueba a la nueva Administración de EE UU. Unos días después de la controvertida orden ejecutiva sobre inmigración de Donald Trump, Teherán realizó el domingo una prueba de misil balístico de alcance medio que ha alarmado a la comunidad internacional. El test militar iraní podría haber violado el acuerdo nuclear alcanzado con el grupo (5+1), en julio de 2015, así como la resolución 2231 de la ONU, concluyó el Consejo de Seguridad de la ONU tras celebrar el martes una reunión urgente dedicada al ensayo iraní. Ya en marzo de 2016, los Guardianes de la Revolución ensayaron dos misiles balísticos de largo alcance, pese a que EE UU había advertido de que llevaría el caso ante el Consejo de Seguridad.
A las alarmas de la comunidad internacional, las autoridades iraníes respondieron con que la prueba no viola ninguno de los acuerdos internacionales, por lo que rechazaron cualquier tipo de injerencia extranjera. Así lo confirmó ayer el ministro iraní de Defensa, Hosein Dehqan, quien habló por primera vez claramente del ensayo militar, aunque sin confirmar si este tuvo lugar el pasado fin de semana.
«La reciente prueba de misil está en el marco de nuestros programas [militares] y no permitimos la injerencia extranjera en nuestros temas defensivos», subrayó el ministro. Dehqan reiteró que Irán «no necesita permiso de nadie» para lanzar misiles y fortalecer su sistema defensivo. Insistió en que estos ensayos no vulneran los acuerdos porque los misiles son convencionales y no van a ser usados para atacar a otros países ni para portar cabezas nucleares.
Este último punto es el que más preocupa al Consejo de Seguridad, ya que la resolución 2231 prohíbe a Irán realizar pruebas de misiles con capacidad nuclear. En la misma línea, el secretario del Consejo Supremo de la Seguridad Nacional iraní, Ali Shamjani, dijo que su Gobierno se enfrentará a «cualquier intervención extranjera en el tema defensivo». «Para el desarrollo de nuestra capacidad defensiva convencional no le pediremos permiso a ningún país u organización internacional», declaró Shamjani en respuesta a las criticas, especialmente de Israel y EE UU, que alertaron hace dos días que Irán había realizado una prueba de un misil balístico.
La nueva embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, consideró «absolutamente inaceptable» el ensayo. Haley amenazó con una respuesta contundente de Estados Unidos: «Vamos a actuar. Vamos a ser claros y vamos a hacer lo que sea necesario para proteger a los estadounidenses y a la gente en todo el mundo». La Unión Europea, por su parte, admitió de que estas acciones no vulneran el acuerdo de Irán con la comunidad internacional sobre su programa nuclear, pero advirtió de que fomentan la «desconfianza» mutua. La portavoz de Exteriores, Nabila Massrali, dejó claro que la UE «mantendrá las restricciones» que impuso a Irán por su programa de misiles balísticos en 2015.
Rusia, por el contrario, salió en defensa de Teherán afirmando que la resolución 2231 «no prohíbe a Irán este tipo de actividades», sino que sólo contiene un «llamamiento» a evitarlas.
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