Irán
Israel se prepara para la guerra contra Hizbulá
El Ejército hebreo inicia en su frontera con Líbano sus mayores maniobras en 20 años ante la creciente amenaza de la milicia chií.
El Ejército hebreo inicia en su frontera con Líbano sus mayores maniobras en 20 años ante la creciente amenaza de la milicia chií.
En algunas localidades de Israel ya podía percibirse a primera hora de hoy el intenso movimiento de vehículos militares y el ruido ensordecedor de los aviones de combate que forman parte del mayor ejercicio militar realizado en el país en los últimos 19 años. Esta práctica –a la que los medios israelíes presentan como el «ejercicio gigante»– se lleva a cabo bajo el mando del Comando Norte, durará once días y fue preparada durante los últimos 8 meses. Participan casi 30.000 efectivos y reservistas, brigadas especiales y de inteligencia, logística e ingeniería de combate.
En la preparación de las maniobras se hizo especial hincapié en las prácticas del Comando de Defensa Civil como un frente de batalla en sí mismo, como así también la coordinación entre Gobierno y Ejército hebreos, en especial en los procesos de toma de decisiones.
Durante los próximos días, las distintas unidades realizarán un simulacro de una eventual confrontación en la frontera norte, que incluiría la invasión por parte de Hizbulá de dos localidades israelíes aledañas a la valla fronteriza, con evacuación masiva de población y una escalada que termine en una guerra en varios frentes de forma simultánea.
Tanto funcionarios políticos como castrenses han insistido en que este ejercicio no responde a las recientes amenazas del secretario general de Hizbulá, Hasan Nasrala, y como prueba de ello destacan que estaba planificado para 2016, pero fue postergado debido a la ola de atentados que sacudió al país y a la falta de recursos. También señalan que forma parte del plan plurianual que el actual comandante en Jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel, Gadi Aizenkot, impulsa desde que asumió el cargo para elevar el nivel de capacitación y entrenamiento del Ejército ante la posibilidad de una guerra en varios frentes, teniendo en cuenta la presencia tanto del Estado Islámico como de Hizbulá como enemigos principales.
Aizenkot señaló en varias intervenciones públicas el peligro que supone para el país la situación en su frontera norte, la necesidad de reforzar la capacidad de disuasión de Israel en el terreno, sin olvidar que «las palabras en Oriente Medio no son suficientes y hacen falta hechos».
Más allá de estos argumentos y explicaciones, no cabe duda de que este gran ejercicio de alcance nacional se presenta como una respuesta contundente a lo que está sucediendo en Oriente Medio, como el fortalecimiento de Hizbulá, el proceso de consolidación de la influencia de Irán en Siria, la presencia permanente de Rusia, y Estados Unidos que en estos días lleva a cabo diálogos con el Kremlin sobre «el día después» de la guerra civil siria.
A nadie escapa en Israel que la milicia chií libanesa Hizbulá, que en la actualidad tiene un papel fundamental en los combates junto al Ejército de Bachar al Assad, si bien ha sufrido considerables pérdidas, también acumuló entrenamiento y experiencia, como así también armas, misiles y sistemas de defensa con las que no contaba en la última guerra con Israel. Todo ello, y en particular la injerencia de Irán y sus aspiraciones en la zona, fueron las principales preocupaciones que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, le expresó al presidente ruso, Vladimir Putin, en su reciente reunión en Sochi.
Altos funcionarios israelíes que conocen detalles sobre la reunión indicaron que ésta se llevó a cabo en un buen ambiente, pero señalaron que se requieren más esfuerzos diplomáticos tanto frente al Kremlin como ante las instituciones de seguridad de Rusia para persuadir al Gobierno de Moscú de que acepte al menos en parte la posición de Israel con respecto a una solución en Siria y a su actitud en el futuro frente a Hizbulá.
Mientras tanto, Israel se prepara en el nivel más alto y con el máximo esfuerzo para una eventual próxima guerra. No cabe duda de que Hizbulá seguirá con especial atención todo lo que suceda durante los próximos once días, para comprender si las Fuerzas de Seguridad e Inteligencia israelíes serán capaces de derrotar los sistemas y capacidades en los que ha estado trabajando durante muchos años.
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