Internacional
Jaime Malet: «Existe incertidumbre, pero no se contagia al mundo económico»
Presidente de la Cámara de Comercio de EE UU en España
Invitado a la ceremonia inaugural de Donald Trump, es la tercera a la que asiste. Destaca el fortalecimiento de las relaciones bilaterales en los últimos años y confía en que se mantenga esta dinámica.
Invitado a la ceremonia inaugural de la presidencia de Donald Trump, Jaime Malet, presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en España (AmChamSpain), confía en que las inversiones bilaterales no se resentirán en el futuro. Fundada hace un siglo, en 1917, la AmChamSpain reúne a 280 empresas que facturan 248.000 millones de euros en España y generan más de un millón de empleos directos e indirectos.
–¿Qué espera de la Administración Trump?
–Espero que la relación tan importante en inversión y comercio se mantenga o crezca porque pienso que hay mucho recorrido para que aumenten las inversiones de EE UU en España y viceversa.
–Usted también acudió a la inauguración de George W. Bush y de Barack Obama, ¿qué clima percibe en esta ocasión?
–Es una satisfacción que tres administraciones tan diferentes me hayan invitado. Lo importante es el valor que pueda aportar a las relaciones bilaterales y a nuestros socios de la Cámara de Comercio. EE UU está dividido entre republicanos y demócratas desde hace al menos 20 años, y el país se encuentra polarizado tras la larga campaña y el resultado electoral. Hay una cierta incertidumbre política que no se transmite al mundo económico, por lo que la gente descuenta que a la economía le va ir bien en el futuro.
–¿Los socios de la Cámara de Comercio le han transmitido su inquietud por la política proteccionista que anuncia el nuevo presidente estadounidense?
–En términos bilaterales, las políticas que se han anunciado no van a suponer ninguna merma porque no creo que se vaya a ir en contra de la inversión española en Estados Unidos, que va a seguir siendo un país muy abierto a la inversión extranjera. España ha pasado de ser el inversor 37º al noveno en términos de capacidad instalada en un plazo de once o doce años, lo cual es un reto. Tampoco veo que la inversión estadounidense en España se vaya a resentir porque tiene una tradición muy larga y en España hay un mercado muy importante. Hemos trabajado para los acuerdos comerciales como el TTIP [Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones] y tengo la esperanza de que este tratado se modifique y se firme con otra dimensión no tan ambiciosa.
–¿El pragmatismo de Trump como empresario hará que pueda llegar a ser más favorable a los acuerdos comerciales de lo que dice ahora?
–Hay una reacción muy fuerte contra países que se han llevado poderes productivos fuera de Estados Unidos. Personalmente, en el caso de México las empresas norteamericanas han salido muy beneficiadas, mientras que en el caso de China no lo tengo tan claro.
–Trump promete un amplio paquete de inversiones para renovar las infraestructuras. ¿Será una oportunidad para las empresas españolas?
–Es una oportunidad enorme. Las empresas españolas de los sectores de la construcción e ingeniería están llevando a cabo una actividad importantísima en EE UU, que es un país con un déficit de inversiones en infraestructuras brutal. Sobre todo las viarias están muy obsoletas porque fueron las primeras que se construyeron. Además de ser líderes mundiales en ese sector, algunas de las empresas españolas son también enormemente competitivas a la hora de formar consorcios y hacer proyectos público-privados con financiación externa.
–La Administración Obama impulsó activamente las energías renovables. ¿Asistiremos a una reducción de las inversiones en este campo?
–EE UU seguirá buscando por todas las vías su independencia energética, lo que no significa que se mantenga el nivel de estos últimos años de mandato de Obama, pero seguirá habiendo mucho interés en las energías renovables.
–¿En qué otros sectores podría aumentar la inversión española en Estados Unidos?
–Ni España ni Estados Unidos son países monocultivos y lo que se debería conseguir es que, además de las grandes empresas, las medianas vean EE UU como el lugar donde hacer fuertes y grandes. El sector de la alimentación, el farmacéutico, las grandes entidades financieras, las energéticas...
–¿Podría España suplir en México el espacio dejado por las posibles desinversiones norteamericanas?
–No lo creo, porque las empresas españolas y americanas compiten en mercados muy diferentes. Las americanas se centran en el gran consumo, fabricación y servicios no financieros, mientras que las españolas están en la banca, en la construcción o en la energía.
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