Estados Unidos
John F. Kennedy: llegó la hora de la verdad
Trump autoriza la desclasificación de 3.800 documentos sobre el magnicidio de John F. Kennedy en 1963, pero retiene algunos por la presión de la CIA y el FBI.
Trump autoriza la desclasificación de 3.800 documentos sobre el magnicidio de John F. Kennedy en 1963, pero retiene algunos por la presión de la CIA y el FBI.
«El esperado lanzamiento de #JFKArchivos tendrá lugar mañana», había escrito Donald Trump el miércoles, y luego añadía, «¡Qué interesante!». Con semejante antecedente era normal que miles de ciudadanos, y la totalidad de los medios, consumieran la mañana actualizando la cuenta oficial de Twitter del presidente, la web de la Casa Blanca y la del Archivo Nacional. Pero pasaban las horas y las esperadísimas revelaciones, los miles de legajos, los diarios secretos y los documentos largamente deseados seguían sin aparecer. Ni Trump movía ficha ni nadie de la Administración notificaba cuándo y cómo podrían consultarse; no digamos ya si efectivamente se desclasificarán todos los papeles pendientes o si primará la postura de quienes, ligados a los servicios secretos, consideran imprescindible retener algunos en nombre de la seguridad nacional.
De hecho, y al cierre de esta edición, la página web del Archivo Nacional en Washington lucía un titular inequívoco: «Permanece atento a las novedades: Colección de los archivos del asesinato de John Fitzgerald Kennedy». Todavía más claro: «La Administración Nacional de los Archivos y Registros de EE UU se compromete a procesar los archivos retenidos relativos al asesinato de JFK para el 26 de octubre de 2017».
La última vez que el Archivo Nacional publicó documentos secretos del magnicidio fue el 24 de julio de 2017. Fueron puestos a disposición del público y los investigadores 3.810 documentos. Entre los papeles más significativos, según rezaba la nota de prensa del Archivo Nacional, «17 archivos de audio de entrevistas de Yuri Nosenko, un oficial del KGB que desertó a EE UU en enero de 1964. Nosenko afirmó haber sido el oficial a cargo del archivo del KGB sobre Lee Harvey Oswald durante el tiempo de Oswald en la URSS. Las entrevistas se realizaron en enero, febrero y julio de 1964». Curiosamente, cuando esa remesa de papeles vio la luz, casi nadie lo comentó en los medios. Tiene sentido. Más allá de los golosos caramelos para los historiadores digamos, serios, no apareció nada con la capacidad para desarbolar las tesis oficiales. Algo explosivo y polémico. Algo tan rotundo y cataclismático como la posibilidad, siempre rumoreada, de que los papeles confirmaran la participación de la CIA en el asesinato.
El propio Archivo Nacional recuerda que desde finales de los 90 han sido desclasificados el 88% de los cerca de cinco millones de documentos relativos al magnicidio que custodia la John F. Kennedy Assassination Records Collection, legataria de la totalidad de los papeles reunidos en diversas colecciones hasta noviembre de 1992, cuando quedan centralizados en un archivo único. Por si hubiera dudas, señalan que «las agencias federales han revisado sus registros retenidos antes de su publicación, y apelarán al presidente si determinan que la desclasificación de algunos de los registros requiere una postergación adicional». La ley que establece la JFK Assassination Records Collection obliga a divulgar públicamente todos los materiales antes de octubre de 2017, pero también subrayaba que el presidente tiene la potestad de postergar la desclasificación si existe «un daño específico e identificable».
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