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Estados Unidos

John Brennan, el nombramiento más polémico de Obama

John Brennan, nominado por Barack Obama para ser el próximo director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, es, con diferencia, el cargo más controvertido del nuevo gabinete del presidente y un giro drástico para la imagen de la seguridad estadounidense.

El que se espera se convierta en próximo director de la CIA tuvo un papel clave en el establecimiento de una base secreta de "drones"en Arabia Saudí y fue jefe de personal en la agencia en una época en la que se implantó un programa de capturas secretas, traslados clandestinos y técnicas de interrogatorio como la asfixia simulada.

Fue precisamente su vinculación con esas prácticas lo que llevó a descartar su postulación para dirigir la CIA hace cuatro años, pero esta vez Obama no ha dudado en nominarlo para sustituir a David Petraeus, quien dimitió recientemente por un escándalo sexual.

Brennan, de 57 años, oriundo de Nueva Jersey y educado por jesuitas, es asesor en asuntos de contraterrorismo de Obama y trabajó en la CIA durante 25 años, según recordó hoy en la audiencia de confirmación.

Entre 2003 y 2004 fue el primer director del recién creado Centro de Integración sobre Amenazas Terroristas, una reacción de Estados Unidos a la falta de coordinación de las agencias de seguridad y espionaje que quedó en evidencia con los atentados del 11S.

La carrera de Brennan en los servicios de espionaje, inteligencia y antiterrorismo, dentro y fuera de la CIA, le ha llevado hasta posiciones de alta responsabilidad, con un currículum repleto de los títulos de "subdirector"o "director asistente".

Cuando era estudiante en la Universidad Fordham, Brennan vio en un diario un anuncio de reclutamiento de la CIA y su espíritu aventurero le llevó a la que sería la carrera de toda una vida.

Brennan fue analista e hizo trabajo administrativo para la Agencia en Washington, fue jefe de la estación de la CIA en Riad y jefe de personal del entonces jefe de la CIA, George Tenet.

Fue en este período que la CIA se involucró en un programa de capturas secretas, traslados clandestinos e "interrogatorios reforzados"con torturas a supuestos terroristas en todo el mundo.

La carrera de funcionario gubernamental de Brennan tuvo una pausa en 2005, cuando pasó a presidir The Analysis Corporation, una "consultoría en el área de seguridad e inteligencia", y fue durante este período cuando algunas presentaciones televisivas le provocaron un gran lastre político.

Brennan entró a formar parte de la campaña electoral en 2007 del entonces senador por Illinois Barack Obama, y fue su asesor en materia de inteligencia y seguridad nacional para el candidato y luego presidente electo.

Cuando en 2008 la prensa lo señalaba como seguro aspirante para la dirección de la CIA, fue blanco de críticas por su defensa de actividades de la agencia en la "guerra global contra el terrorismo", que incluyeron el secuestro y traslado clandestino de sospechosos a sitios donde fueron torturados.

Obama lo designó asesor de la Presidencia para seguridad nacional y antiterrorismo, una función que no requirió confirmación del Senado, un trámite al cual ahora deberá someterse.

Brennan ha pasado a ser un abierto crítico del uso de torturas, aunque ha vuelto a levantar recelos entre organizaciones de derechos humanos como artífice de los ataques de aviones no tripulados en Pakistán, Afganistán o Yemen.

Este experimentado funcionario participó en la misión secreta de un pelotón de fuerzas especiales que en mayo de 2011 incursionó en Pakistán y asesinó al jefe de Al Qaeda, Osama bin Laden.

Apareció junto a Obama en las fotos de la sala de crisis de la Casa Blanca, donde se siguió ansiosamente el desarrollo de la operación, y fue el portavoz principal del Gobierno en la gira por las cadenas de televisión celebrando el éxito del golpe.

Su polémico pasado en la CIA centra hoy gran parte de las preguntas en su audiencia de confirmación en el Senado. Esas prácticas cuestionables de su pasado tuvieron como consecuencia numerosas protestas dentro de la sala, obligando incluso a un receso.