Irlanda

Kenny rechaza un gran pacto de Gobierno con Martin ante la incertidumbre electoral

El primer ministro irlandés, Enda Kenny, tras depositar su voto
El primer ministro irlandés, Enda Kenny, tras depositar su votolarazon

El primer ministro irlandés, el conservador Enda Kenny, reiteró su rechazo a formar una gran coalición de Gobierno con el otro gran partido nacional, el centrista Fianna Fáil (FF), a pesar de que los sondeos de las elecciones generales de hoy no le otorgan una mayoría clara.

Todas la miradas estuvieron puestas hoy sobre el democristiano Fine Gael (FG) de Kenny y el FF de Micheál Martin, que ya descartaron durante la campaña unir a las dos formaciones que se han repartido el poder desde la independencia de Irlanda hace casi un siglo.

Rivales históricos desde la Guerra Civil (1922-1923), cualquier gesto, por banal que sea, ha sido interpretado como un guiño en esa dirección, la única que, según los expertos, evitaría una parálisis política en Irlanda, dado cualquier otro pacto resultaría en un Gobierno inestable, según los sondeos.

De hecho, la anécdota en esta jornada electoral ha tenido como protagonista la corbata de los líderes, pues Kenny se ha acercado a las urnas luciendo una verde, el color de los centristas, y Martin ha optado por el azul de los conservadores.

"Dadme un respiro", bromeó Martin al ser preguntado, tras depositar su voto, sobre la "gran coalición"y sobre el motivo de su elección de su vestuario.

"La verdad es que no ha contactado conmigo para tratar este asunto", respondió el "Taoiseach"(primer ministro) en referencia a las corbatas.

En tono ya serio, Kenny agregó: "Ya veremos cómo vota hoy la gente. Yo ya he descartado al Fianna Fáil".

Harto de su política de austeridad, parte del electorado convocado hoy a las urnas -poco más de tres millones de irlandeses- castigará a Kenny y, sobre todo, al Partido Laborista (LB), con el que ha gobernado durante los últimos cinco años.

Según las encuestas, el FG obtendría en una Cámara Baja (Dáil) de 158 escaños en torno a 50 diputados, frente a los 76 que logró en los comicios de 2011, celebrados tres meses después de que el FF pidiera a la Unión Europea (UE) y el FMI un rescate por 85.000 millones de euros.

Cinco años después, el Ejecutivo de coalición presume de haber cumplido con el duro programa de ayuda y lograr la recuperación económica, pero el empobrecimiento de parte de la población contribuirá a que el voto de los laboristas migre hacia el Sinn Féin de Gerry Adams y otros partidos y candidatos independientes de una izquierda más radical.

El hundimiento del LB podría traducirse en una ganancia de apenas siete escaños, 30 menos que en la anterior legislatura, lo que obligaría a Kenny a buscar otros apoyos si quisiera reeditar su Gobierno.

"Es un día muy importante para Irlanda porque la decisión que tome hoy el pueblo determinará la dirección que seguirá el país durante los próximos cinco años", dijo hoy el "Taoiseach", todavía confiado en que una amplia victoria podría evitar la apertura de un complicado proceso de negociación.

Los sondeos, no obstante, confirman que Martin ha logrado mejorar la imagen de FF, visto como el gran culpable, junto a la banca y magnates del ladrillo, de la crisis y los sondeos le otorgan casi 40 escaños, el doble de los que ha tenido en el Dáil, que a partir de esta legislatura tendrá ocho diputados menos.

Por detrás se situaría el Sinn Féin, antiguo brazo político del inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), que se afianzaría como la tercera formación nacional al pasar de 14 a casi 30 diputados.

En caso de que se planteara un pacto con Kenny, los expertos sostienen que Martin llegaría a las negociaciones reforzado, con capital político para intentar "vender"a sus bases un Gobierno en el que el FF no llevaría la voz cantante, algo sin precedentes para el partido hegemónico irlandés.

Esta desigualdad podría dar lugar a soluciones más imaginativas, algo habitual en la política de un país acostumbrado a ejecutivos de coalición "arco iris", en los que han cabido en el pasado socios de lo más variopinto.

Algunos comentaristas aluden a la posibilidad de que FG y FF podrían incluso intercambiarse durante la legislatura el puesto del primer ministro.

Si no hubiese acuerdo entre las dos grandes familias irlandesas, lo más probable es que se celebren otras elecciones generales dentro de seis meses, según los analistas.

Los cuatro grandes partidos nacionales volverían entonces a luchar por el voto de las formaciones minoritarias y candidatos independientes, a los que beneficia el sistema electoral de transferencia de sufragios y la alta participación.

A media jornada de hoy, la afluencia a las urnas se situaba en torno al 30 %, lo que podría arrojar al cierre de los colegios electorales un índice cercano al 70 % alcanzado hace cinco años.

Los centros permanecerán hoy abiertos durante 15 horas, hasta las 22.00 GMT y el recuento de los sufragios procedentes de las 40 circunscripciones irlandesas comenzará mañana sábado a las 09.00 GMT.

Efe