Guerra en Ucrania
Kiev destruye blindados rusos en suelo ucraniano
Moscú niega que la columna militar de 23 carros cruzara la frontera para dar apoyo logístico a los separatistas
El portavoz militar del Ejército ucraniano, Andriy Lysenko, ha anunciado que sus fuerzas armadas han destruido parte del presunto convoy militar ruso que ha entrado en el país, mientras Moscú acusa a Kiev de intentar destruir el convoy humanitario.
No es nueva la acusación de que Rusia introduce armamento pesado en Ucrania para reforzar a los milicianos separatistas. La OTAN lo viene denunciando desde hace meses, publicando intermitentemente imágenes de satélite como prueba. La diferencia en esta ocasión es que se pillase a las fuerzas rusas, por así decirlo, con las manos en la masa. Ocurrió casi por casualidad, en la madrugada del jueves al viernes, cuando un grupo de periodistas ingleses que se encontraba cerca de la frontera (en el puesto de Izvarino), acompañando a los camiones del convoy humanitario, fue testigo ocular de la entrada de una columna de vehículos militares rusos en territorio ucraniano, cruzando campo a través, por una zona sin vigilancia. Los periodistas publicaron fotos en las redes sociales y la noticia corrió como la pólvora, poniendo en alerta a las autoridades de Kiev.
«La inteligencia militar ha confirmado que una columna de transportes blindados y camiones cruzó la frontera por el paso de Izvarino, cerrado temporalmente, y entró en el territorio de nuestro Estado», declaró por la mañana el alto mando ucraniano. Moscú negó la mayor. «No existe una columna militar rusa que haya cruzado la frontera ruso-ucraniana ni por la noche ni por el día. El informe ucraniano (sobre la destrucción de la supuesta columna) es una especie de fantasía», afirmaron desde el Ministerio de Defensa de Moscú, declaraciones recogidas por la agencia oficial RIA Novosti. El portavoz de la Guardia Fronteriza (FSB) reconoció que varios equipos fueron enviados a la línea limítrofe, pero que no cruzaron a suelo ucraniano: «Están actuando solamente en territorio ruso, por lo que las informaciones sobre un grupo de efectivos rusos cruzando la frontera son totalmente falsas». Según la versión de Kiev, la columna de blindados rusos, compuesta por 23 carros de combate, fue vista durante ayer en la localidad de Molodohvardiysk, en la zona oriental de la región de Lugansk.
Horas después, el Ejército ucraniano lanzó un ataque de artillería contra el convoy, logrando destruir una parte significativa del mismo, según informó el presidente ucraniano Poroshenko al «premier» británico David Cameron. «Nos preocupa la situación en la frontera, sobre todo por la entrada de armas rusas y máquinas militares en Ucrania a través de la parte no vigilada», se comentó desde el gabinete de presidencia de Poroshenko. «Este hecho viene a confirmar el flujo de armas y combatientes desde Rusia, y es una clara demostración de la continua participación rusa en la desestabilización del este de Ucrania», comentó Anders Fogh Rasmussen, secretario general de la OTAN, ante las pruebas, ayer más cristalinas que nunca, de la entrada de armamento ruso en Ucrania. Las noticias llegaron a Bruselas, donde ayer se celebró la reunión de los ministros de Exteriores de los 28. Edgars Rinkevics, canciller de Letonia, uno de los países que defiende la línea dura contra Moscú dentro de la Unión, advirtió que, si se comprueba que los vehículos militares rusos entraron en Ucrania, constituiría «una violación muy grave» y, en este caso, la Unión Europea tendría que «preparar otra ronda de respuesta», en clara alusión a nuevas sanciones. Su homólogo lituano afirmó que «Moscú continúa con la escalada de tensión», a lo que añadió que «la ayuda humanitaria no es más que una distracción». El ministro de Exteriores sueco, Carl Bildt, aseguró que en esta ocasión existen «pruebas fotográficas concretas» de que Rusia ha entrado en Ucrania y avisó de que este paso constituye «una flagrante violación de las leyes internacionales».
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