Política

Parlamento Europeo

La coalición ultra soñada por Salvini y Bannon se derrumba

Líderes como el británico Farage o el húngaro Orban rechazan su proyecto euroescéptico.

La coalición ultra soñada por Salvini y Bannon se derrumba
La coalición ultra soñada por Salvini y Bannon se derrumbalarazon

Líderes como el británico Farage o el húngaro Orban rechazan su proyecto euroescéptico.

El sueño de Steve Bannon –ex asesor de campaña de Donald Trump– de construir un gran movimiento populista y antieuropeo en el seno de la UE se ha hecho añicos. Y el principal perjudicado no es otro que Ma-tteo Salvini, la estrella emergente ungida como nuevo líder de los movimientos soberanistas europeos en una manifestación en Milán que tuvo lugar una semana antes de los comicios europeos del 26 de mayo. Hay dos problemas a la hora de crear un frente unido: los números del nuevo Europarlamento –los populistas no han llegado al 33% de los escaños necesarios para bloquear el funcionamiento del hemiciclo–, y las voluntades. En los últimos días, tan solo Salvini y Marine Le Pen parecen unidos en una entente sólida, sin nuevos fichajes a la vista.

En la legislatura 2014- 2019, los partidos euroescépticos han estado diseminados en tres grupos diferentes, más algunas fuerzas que no figuran inscritas en ninguna de las familias políticas de la Eurocámara. A pesar del buen resultado obtenido por Salvini en Italia o Le Pen en Francia, las tres fuerzas euroescépticas actuales han obtenido un total de 176 escaños. Aquellos eurodiputados que todavía no han decidido sumarse a ninguna familia política como, por ejemplo Vox, ascienden a 16 y los no inscritos son nueve. Aunque todos ellos decidieran engrosar las filas de un gran partido a la derecha de los populares, la cifra ascendería a 201 escaños, lejos de la cifra maldita de 247 eurodiputados que conseguiría convertirlos en caballo de Troya en Estrasburgo.

A pesar de que Salvini ha conseguido situar a la Liga como la segunda fuerza política más poderosa del continente, a tan solo un escaño de la CDU de Merkel (28 frente a 29), los «noes» han sido la tónica dominante de estos días. Nigel Farage –gran vencedor de los comicios en Reino Unido– ha dado calabazas al grupo de Le Pen y Salvini, y los contactos con los conservadores polacos de Ley y Justicia, el partido de Jaroslaw Kaczynski, también están resultando infructuosos. De momento, este grupo, que ahora está unido a los «tories» británicos ha comenzado su mercado de fichajes con el partido ultraderechista holandés Foro para la Democracia (FvD), rival del también partido de ultraderecha liderado por Geert Wilders, que seguirá bajo el ala de Le Pen.

Este grupo de los ultraconservadores polacos también podría acabar acogiendo a Vox, aunque el gran impedimento del partido liderado por Santiago Abascal reside en tener que acabar compartiendo bancada con el partido Nueva Alianza Flamenca, los valedores de Carles Puigdemont en su exilio belga, ya que esta formación también pertenece al grupo denominado Conservadores y Reformistas (ECR). Las discrepancias no terminan aquí, ya que otra de las grandes incógnitas es el futuro del movimiento Cinco Estrellas que, en medio de sus tormentosas relaciones con la Liga dentro del Ejecutivo italiano, prepara su asalto al centro.

En el pasado, negoció la entrada en la familia liberal y con Los Verdes, sin que fructificaran estos contactos. Pase lo que pase, no parece dispuesto a resignarse a ser una mera comparsa de Salvini y Le Pen.

Como última ficha del puzle, el húngaro Viktor Orban, cuyo partido Fidesz sigue perteneciendo al Partido Popular Europeo (PPE) a pesar de estar sumido en un proceso de suspensión. Aunque el primer ministro húngaro parece decidido a tensar la cuerda, de momento no la rompe y no parece dispuesto a abandonar el PPE. De momento, sus 13 escaños no pasarán a engordar las listas de Salvini y Le Pen. Muchos «noes» y pocos «síes».