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La derrota de Tsipras: un duro rescate hunde su política populista

Alexis Tsipras atiende a los medios al término de la cumbre sobre la crisis griega tras alcanzar un acuerdo con la Eurozona.
Alexis Tsipras atiende a los medios al término de la cumbre sobre la crisis griega tras alcanzar un acuerdo con la Eurozona.larazon

El rescate será de hasta 86.000 millones y España aportará 10.000. Atenas subirá el IVA, bajará las pensiones y hará privatizaciones

Grecia se quedará en la zona euro después de que los jefes de Estado y de Gobierno acordaran ayer empezar las negociaciones para un tercer rescate. Europa está dispuesta a desembolsar hasta 86.000 millones de euros, de los cuales 10.000 millones corresponderán a España, y a ofrecer un crédito puente para que Atenas pueda hacer frente a los vencimientos más inmediatos. Y Grecia pagará un precio que pasará por hacer reformas más severas que las que se presentaron al pueblo en el referéndum, por aceptar al FMI en las negociaciones y porque la troika vuelva a supervisar los pasos del Ejecutivo heleno.

«La cumbre del euro ha alcanzado un acuerdo unánime. Está todo preparado para negociar un programa para Grecia con reformas serias y apoyo financiero», explicaba ayer el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en rueda de prensa, junto al presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

La falta de confianza en el primer ministro, Alexis Tsipras, después de que se levantara de la mesa de las negociaciones unilateralmente y convocara el referéndum el 5 de julio ha hecho a Europa endurecer sus condiciones. Los puntos más conflictivos del acuerdo eran tres: la reestructuración de la deuda, cómo dar forma a un fondo con activos por valor de hasta 50.000 millones que Grecia pudiera utilizar para pagar su deuda, y decidir si se mantenía en el texto final una referencia por escrito al «Grexit» como alternativa a que no hubiera acuerdo.

Sobre el primer punto, los ministros ya escribieron en el primer borrador que no habría quitas de deuda. Es la primera vez que aparece por escrito una mención clara al respecto. En el texto final se recuerdan los esfuerzos que ya ha hecho Europa en materia de reestructuración de la deuda, siempre desde la extensión de los plazos y la reducción de intereses.

Las posturas que mantenían dividido al Consejo estaban lideradas por Francia, en el lado de la flexibilidad y la solidaridad europea hacia Grecia, y por Alemania, en el bando de la exigencia de garantías para recuperar la confianza en el país. Tras intensas negociaciones, ambas posturas se acercaron hacia un consenso. Se retiró el «plan B» del texto, toda mención a un «grexit» en caso de incumplimiento por parte de Grecia quedó fuera y, a cambio, se impusieron medidas más duras.

Grecia tuvo que aceptar todo lo que a nivel de ministros se había impuesto por la situación de crisis que atraviesan los bancos en el país. «Estamos negociando con una pistola en la cabeza», llegaba a decir el portavoz de Tsipras en el Consejo. Si la situación no hubiera llegado hasta ese punto, cabe pensar que las condiciones no habrían sido tan severas. Tsipras se mostraba satisfecho con haber eliminado el fantasma del «Grexit».

Desde la CE, Juncker defendía el acuerdo como una salvación para Grecia, en el que «no hay vencedores ni vencidos». «No hay diferencias con los programas de países como España o Chipre, a excepción de las cifras... Está completamente en línea con otros programas, y los primeros ministros así lo han dicho», aseguró.

Compromiso griego

Mañana, Grecia deberá legislar lo necesario para pasar por el Parlamento el primer paquete de reformas. Entre ellas, la optimización de su sistema de IVA y la ampliación de su base impositiva, la sostenibilidad a largo plazo del sistema de pensiones y la completa independencia de su agencia estadística Elstat. Para el 20 de julio, se espera la propuesta de reducción de la Administración.

El próximo 22 de julio, se ha comprometido a adoptar el procedimiento del código civil que ayude a agilizar los procesos judiciales y reducir costes. Asimismo, Grecia tendrá que transponer plenamente la directiva europea sobre rescates bancarios (conocida como BRRD). Estas dos medidas estaban contempladas en principio para aprobarlas mañana, pero Grecia no ha podido hacer decretos leyes para estas dos medidas.

Además, aceptará la supervisión de la troika en todas las leyes que apruebe sobre los sectores donde aplique reformas, además de medidas inmediatas en el terreno laboral y en el comercio. Y lo más importante, además de las privatizaciones, es que Grecia aceptó crear un fondo con activos por valor de hasta 50.000 millones, para después vender y conseguir de ahí el dinero para ir reduciendo su deuda pública. El fondo, que será gestionado por Atenas, bajo la supervisión de la troika, incluye una reserva de 25.000 millones de euros para pagar la capitalización de los bancos. El resto, la mitad, se dedicará en exclusiva a pagar la deuda y la otra mitad, a realizar inversiones.

Los acreedores se comprometen a desembolsar en tres años hasta 86.000 millones de euros si el programa concluye como se espera. Además, se aprobaron 35.000 millones, dinero procedente de fondos estructurales de la UE, para poder implementar un programa de inversiones en el país. Con carácter de urgencia se tendrían que desembolsar 7.000 millones de euros el 20 de julio y adicionales 5.000 millones para mediados de agosto.

Respecto a la deuda, los socios reconocen que hay preocupaciones sobre su sostenibilidad, pero se niega cualquier tipo de quita. Recuerda los esfuerzos que han hecho los socios en alargar plazos y reducir intereses a lo largo de los últimos años. Pero cualquier paso en esa dirección irá condicionado al cumplimiento de las reformas.