Guerra en Ucrania
La hora del uso de la fuerza
- ¿Considera acertada la decisión de Kiev de ordenar una operación antiterrorista en la zona oriental del país?
–En este momento, las autoridades de Ucrania se encuentran en un aprieto en la medida en que los rusos quieren demostrar su incompetencia y que se dobleguen ante los rusófilos. Pero en mi opinión, ahora tienen una alternativa real para responder a la fuerza de Rusia con su propia fuerza. Hasta ahora, Moscú ha tenido la última palabra en este asunto, con lo que ha conseguido socavar al Gobierno interino, lo cual ha sido el principal objetivo desde el principio.
- ¿Por qué la «conquista» de las regiones del este suponen una mayor dificultad para Moscú que la que encontró en Crimea?
–Existen varias diferencias. Crimea es una península ordenada y fácil de ocupar al tener unos límites geográficos claros. En cuanto a su población, existe una mayoría de origen ruso que no puso dificultades. Como desventaja, posee una gran dependencia de un territorio continental para temas de transporte, suministro energético y de agua. Por su parte, las provincias del este tienen una población mayoritariamente ucraniana y su territorio no posee límites definidos. Su infraestructura económica es de origen soviético y en toda la zona existe una gran necesidad de inversión. En teoría, la dominación rusa y la ocupación de la parte oriental de Ucrania ayudarían a Moscú a mantener Crimea suficientemente abastecida. Pero el coste económico sería considerable y la economía rusa ya está bajo presión.
- ¿Debería la OTAN participar sobre el terreno en la operación de Kiev?
–Los rusos han presentado la crisis de Ucrania como un conflicto entre el este y el oeste, mientras que realmente se trata del derecho de los ucranianos a gobernarse a sí mismos. Tanto la UE como la OTAN han sido arrastrados a este conflicto tras el intento de Moscú de dominar el país y ambos juegan un papel esencial para coordinar la respuesta de los países occidentales. Los rusos ya han utilizado la fuerza injustificada para cambiar las fronteras europeas. Los países de la OTAN deben considerar hasta qué punto sus fuerzas armadas son aptas para enfrentarse a Moscú, porque el riesgo al que nos enfrentamos es el de un Estado, el ruso, que no tiene respeto por las normas internacionales.
*Investigador de Chatham House en Londres. Preguntas de Ángel Nieto
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