Política

Elecciones en Reino Unido

La humillante derrota fuerza el adiós de Miliband

Su apuesta por el laborismo más clásico sembró la desconfianza en el electorado

Miliband, junto a su esposa, se dirige a la sede de su partido ayer para anunciar su dimisión
Miliband, junto a su esposa, se dirige a la sede de su partido ayer para anunciar su dimisiónlarazon

Hay que remontarse a la última reelección de Margaret Thatcher, en 1987, para recordar una derrota laborista tan estrepitosa como la cosechada el jueves por los de Ed Miliband. La oposición perdió hasta 26 diputados y vivió una auténtica humillación en Escocia, el que hasta ahora había sido su gran feudo. Los nacionalistas del SNP de Nicola Sturgeon les borraron literalmente del mapa, dejando momentos para la posteridad. En la circunscripción de Paisley & Renfrewshire South, por ejemplo, Mhairi Blanck, con 20 años, conseguía quitar el escaño al director de la campaña nacional de los laboristas, Douglas Alexander. La escocesa se convertía además en la diputada más joven en Wesminster desde 1667. Los independentistas también robaban el asiento a Jim Murphy, líder de los laboristas escoceses, y conquistaban distritos claves como el de Kirkcaldy &Cowdenbeath. La que fuera circunscripción del ex primer ministro Gordon Brown –un asiento históricamente seguro– pasó a manos de Alex Salmond.

Por su parte, el portavoz de Economía, Ed Balls, que aspiraba a dirigir uno de los ministerios más relevantes en un eventual Gobierno liderado por Miliband, abandonaba también la Cámara de los Comunes después de que el candidato «tory» de su distrito le arrebatara el asiento, algo inédito.

El escenario por tanto no dejaba muchas alternativas y Miliband presentó su dimisión a primera hora de la mañana. Lo cierto es que el conocido como «Ed el Rojo» nunca contó con la totalidad del respaldo de sus propias filas. En la batalla por el liderazgo del partido en 2010, ganó a su hermano David –para muchos el favorito– por tan sólo un punto gracias al apoyo de los sindicatos. Ese triunfo nunca agradó a una gran parte de las bases. Es más, hace sólo seis meses se enfrentó a un intento de revuelta interna por parte de los que ya entonces predecían la catástrofe.

Si los 258 escaños que logró Brown en los últimos comicios se interpretaron entonces como una dura derrota, los 232 cosechados ahora dejan a la oposición prácticamente sin influencia en la Cámara de los Comunes y, lo que es peor, sumida en una crisis de identidad de la que le costará generaciones recuperarse. Miliband hizo una buena campaña participando en todos los debates televisados y aceptando todo tipo de entrevistas. Las encuestas le llegaron a situar algunos días como el político más popular. Pero su mensaje finalmente no ha calado ni en Escocia ni en la clase obrera de Inglaterra, donde prácticamente todos los escaños de los distritos marginales fueron ganados por los «tories».

El propósito de Miliband siempre fue alejarse del «Nuevo Laborismo» creado por Tony Blair, más hacia el centro, y volver a los pilares del partido: el sistema nacional de salud, impuestos a las mansiones y buen sistema de prestaciones sociales. Durante estos cinco años, cumplió con la agenda de los principales sindicatos en asuntos como los derechos de los trabajadores, medidas fiscales y regulación financiera. Pero finalmente no logró recuperar la confianza en materia económica, a pesar de que prometió que sus medidas no provocarían ningún endeudamiento adicional.

«Asumo total y absolutamente la responsabilidad de esta derrota y pido perdón a todos aquellos compañeros que han perdido sus escaños», afirmó. Al abandonar el puesto, aseguró que el laborismo «se ha recuperado en el pasado y volverá a hacerlo», y apuntó que la formación necesita abrir un «debate abierto y honesto» para encontrar nuevos caminos. Las especulaciones sobre su sucesión no se han hecho esperar. La diputada Elizabeth Kendall, de 43 años, que dirigió un servicio de ambulancias y organizaciones relacionadas con la sanidad, aparece como bien situadas. El portavoz de Negocios, Chuka Umunna, de padre nigeriano, figura igualmente en las apuestas, lo mismo que Andy Burnham, de 45, portavoz de Sanidad de la formación.