Conflicto Israel-Palestina
«La izquierda israelí se ha dado cuenta de que con Hamas en el poder no habrá acuerdo de paz»
Uri Rosset. Experto en asuntos árabes del Instituto Sapir
Conversar con los habitantes de las localidades israelíes aledañas a la franja de Gaza –numerosos kibutzim y moshavim– deja la clara sensación de que aún no rehúsan a su sueño, pero que la situación en la que viven desde hace años ha impregnado de un profundo escepticismo sus vidas. Buena parte de la población local es de izquierda o centro izquierda, israelíes que quisieran ver un horizonte de paz y buena vecindad con los árabes en general y los palestinos en particular. Pero el vivir bajo la amenaza diaria de cohetes disparados desde Gaza hacia territorio israelí no ayuda a mantener viva la convicción de que es un sueño posible. Un ejemplo claro es el de Uri Rosset, experto en asuntos árabes en el Instituto Sapir de Sderot, residente en el kibutz Maguen, y miembro del movimiento Hashomer Hatzair. Éste ha votado tradicionalmente por Meretz, el partido sionista más de izquierda. «En los últimos tres años, ha habido un cambio también aquí, en el corazón de la izquierda israelí, moviéndose hacia el centro. Mucha gente se ha dado cuenta de que con Hamas en el poder, lo máximo que se puede esperar es un alto el fuego, y no un acuerdo de paz», asegura Rosset.
En sus análisis combina su experiencia como habitante de la zona lindante con Gaza y su especialidad académica, por la cual hace un seguimiento constante de Hamas. «Yo no creo que se pueda ver ningún cambio en la postura de Hamas en un futuro a corto y medio plazo. Y lo digo no porque esté al alcance de sus disparos, sino porque sigo lo que ellos dicen y escriben», explica. «Cuando las figuras de Hamas hablan en inglés, saben cómo usar el doble lenguaje, pero si uno lee lo que dicen y escriben en árabe a su propia gente, uno pierde toda esperanza». Y pone como ejemplo que, para hacer referencia al Ejército israelí, además de usar el término «yeish el-ihtilal», que significa «ejército de ocupación», utilizan «kuwat ahl-dhimma». término islámico que se refiere a los judíos y cristianos que tienen que vivir bajo la aureola del islam.
Y agrega: «Así enseñan y crían a sus hijos. No veo ningún cambio en Hamas, y no es lógico pensar que podemos lograr un acuerdo permanente con ellos. La gente aquí, incluyéndome a mí, no apoya los asentamientos, por ejemplo, pero no vemos cómo se puede llegar a un acuerdo con Abu Mazen si Hamas controla la franja de Gaza». Una prueba de esa percepción es lo que pasa ahora en el kibutz. Maguen no está en el perímetro de 4,5 kilómetros alrededor de la frontera en el que el Gobierno israelí obligaba a tener un refugio en cada casa. Supera por 200 metros ese límite, pero los han empezado a construir. «Cada uno cuesta unos 120.000 shekel (unos 30.000 euros). Aquí se van a construir 200. Y están peor en Nirim, donde les alcanzan los morteros, no sólo cohetes, y las alarmas no avisan a tiempo».
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