La macabra imagen del fiasco en Somalia

Tras el rescate fallido organizado por Francia el pasado fin de semana para liberar a un agente del espionaje en Somalia, el Gobierno de François Hollande estaba preparado para la campaña de propaganda y manipulación por parte de sus captores, los islamistas de Al Shabaab. Ayer miembros de este grupo extremista vinculado a Al Qaeda publicaron en un «tuit» la macabra foto del cadáver de uno de los dos militares galos que fallecieron en la operación y que los terroristas aseguraban que seguía malherido y con vida hasta hoy.

En la imagen, que los principales medios franceses, han decidido no mostrar se aprecia a un hombre joven con la camisa ensangrentada y rodeado de diverso material militar y armamento. Una puesta en escena «odiosa», calificó ayer el primer ministro, Jean Marc Ayrault después de que por la mañana el titular de Defensa advirtiera de que los extremistas tratarían de montar una escena «macabra» dentro de su estrategia de intoxicación informativa. En otro «tuit» los captores preguntan a Hollande si «ha merecido la pena» lanzar la operación para rescatar a Denis Allex, el espía galo secuestrado desde 2009 y que los responsables de Al Shabaab siguen asegurando que mantienen con vida. También afirman haber llegado «a un veredicto unánime sobre la suerte de Dennis Allex tras tres años y medio de cautiverio». Pese a no tener la completa certeza, para las autoridades francesas «todo apunta a que habría muerto a manos de sus carceleros». Según los expertos, la fracasada operación, dirigida por los Servicios del Espionaje con apoyo de las fuerzas especiales, era una de las más importantes de los últimos años. En total, más de 50 hombres. Preparada en secreto desde hace meses, fue lanzada desde el mar con la participación de al menos dos navíos y seis helicópteros de asalto. A sólo 3 kilómetros del lugar en que Denis Allex –pseudónimo del agente– estaba secuestrado, los habitantes de la zona delataron la presencia de los comandos desbaratando una operación que acabó en un baño de sangre tras 45 minutos de intensos tiroteos.