La neonazi alemana guarda silencio ante los cargos de asesinato y terrorismo

La neonazi alemana Beate Zschäpe asistió hoy impasible a la lectura de los cargos de la fiscalía de Múnich, que le imputó pertenencia a grupo terrorista y participación en asesinato múltiple -"con métodos parecidos a una ejecución"- por odio racista e impulsados por la ideología nacionalsocialista.

La neonazi alemana Beate Zschäpe asistió hoy impasible a la lectura de los cargos de la fiscalía de Múnich, que le imputó pertenencia a grupo terrorista y participación en asesinato múltiple -"con métodos parecidos a una ejecución"- por odio racista e impulsados por la ideología nacionalsocialista.

Zschäpe, de 38 años y única superviviente de Clandestinidad Nacionasocialista (NSU), guardó de nuevo silencio durante toda la lectura de los cargos del fiscal Herbert Diemer, según el cual el grupo elegía "al azar"a sus víctimas y fijándose únicamente en que fueran inmigrantes, preferentemente turcos.

El fiscal detalló ante la Audiencia Territorial de Múnich cada uno de los asesinatos cometidos presuntamente por los dos compañeros de Zschäpe -Uwe Böhnhardt y Uwe Mundlos-, quienes mataron a ocho turcos y un griego siempre con la misma pistola, una Ceska.

La procesada habría participado en los preparativos de los asesinatos, les habría acompañado, proporcionado armas y el lugar donde ocultarse, por lo que no cabe imputarle complicidad, sino participación activa y coautoría en los crímenes de un grupo que actuaba como un "comando asesino conspirativo", según el fiscal.

Además de los asesinatos de los inmigrantes, cometidos entre 2000 y 2007, el grupo fue responsable, según la fiscalía, de dos atentados con bomba, en que resultaron heridas 23 personas, así como en un ataque a dos policías, en que resultó muerta una agente.

La fiscalía acusa asimismo a la NSU de 15 atracos a bancos, en que Zschäpe se habría encargado asimismo de toda la logística y de la parte financiera.

Zschäpe decidió incendiar la casa donde vivieron los tres, tras el suicidio de sus dos compañeros al verse acosados por la policía, el 4 de noviembre de 2011, recordó el fiscal.

El motivo de sus actos fue el odio racista, imbuido por la ideología nacionalsocialista, que la acusada compartió, lo mismo que deseó "éxito a cada una de las acciones y asesinatos"del grupo.

La fiscalía imputó por otro lado complicidad a otros cuatro procesados, uno de los cuales habría proporcionado las armas al grupo y otro documentación falsa.

La lectura de la acusación tuvo lugar después de que la Audiencia rechazara la petición de la defensa, que pretendía una nueva interrupción del juicio alegando falta de espacio.

Los abogados de la procesada argumentaron que la capacidad de la sala es insuficiente, dado el gran interés mediático en el caso, y solicitaron el traslado a otra sala mayor.

Ya en la apertura del juicio, el lunes de la semana anterior, los tres abogados de oficio de Zschäpe habían pedido su suspensión por parcialidad del juez, cuestión que fue posteriormente rechazada.

La existencia de la NSU salió a relucir tras la muerte de los dos compañeros de Zschäpe, ya que hasta entonces los asesinatos de los inmigrantes se habían atribuido a ajustes de cuentas entre extranjeros.

La comisión del Parlamento que investiga a la NSU atribuyó ayer a un "fracaso policial sin precedentes"el hecho de que sus miembros se hubieran movido en la impunidad durante trece años, pese a que cometieron diez asesinatos y perpetraron varios atentados con bomba.

El caso de ese grupo es reflejo de un "vergonzoso fracaso desde varias perspectivas", apuntó el presidente de la comisión, el socialdemócrata Sebastian Edathy.

No hay indicios fundamentados que sustenten que la policía encubrió o protegió al grupo, pero sí de una cadena de errores por parte de las fuerzas de seguridad frente a la ultraderecha, añadió Edathy al presentar el informe parcial de sus investigaciones.

La comisión se formó el año pasado, tras la revelación tardía de la existencia del grupo, a raíz del suicidio de dos de sus miembros.