La oposición dará la batalla en las urnas

La oposición egipcia rechazó ayer el último movimiento estratégico del presidente Mohamed Mursi, que retiró su polémico decreto «dictatorial», intercambiándolo por uno más aceptable, por el que mantiene el referéndum constitucional del 15 de diciembre. El Frente de Salvación Nacional –coalición de grupos y partidos que está liderando la oposición– reiteró ayer su rechazo tanto al referéndum como al borrador de Constitución, redactado y aprobado por los islamistas sin el consenso de las fuerzas laicas. El Frente también convocó grandes protestas para el martes, tan sólo cinco días antes de la cita con las urnas, y amenazó con una huelga general. El Frente no especificó si pedirá a los egipcios que boicoteen el referéndum o que voten «no», pero rechazó todo el proceso en su conjunto como ilegítimo, y optó por seguir presionando en las calles después de acusar a Mursi de no querer negociar por la vía política.

El presidente aceptó eliminar algunos de los puntos más polémicos del decreto del 22 de noviembre, que originó la actual crisis. Mursi ya no tiene inmunidad absoluta ante los jueces, pero sus decretos (incluido el nuevo que entró en vigor ayer) no pueden ser invalidados por ningún tribunal. El nuevo texto también establece que si el borrador de Constitución es rechazado en referéndum, entonces se elegirá una nueva Asamblea Constituyente que tendrá que redactar una nueva Carta Magna. Esta pequeña concesión de Mursi podría rebajar las tensiones con la Judicatura, crucial para que el referéndum pueda tener lugar, ya que los jueces son los que tienen que supervisar el proceso y buena parte de ellos habían dicho que boicotearían la votación. Los magistrados no reaccionaron de forma oficial ayer, pero está previsto que lo hagan entre hoy y mañana.

Los Hermanos Musulmanes, por su parte, aseguraron ayer que después de la cancelación del decreto, la oposición ya no tenía motivo para protestar, y pidió que las diferencias se resuelvan en las urnas. El grupo islamista ya empezó la campaña por el «sí» y todo indica que conseguirán movilizar a sus seguidores para lograr que la Constitución sea aprobada. Precisamente, detrás de este conflicto está el deseo Mursi de preservar el redactado en su forma actual sin cambiar una coma.