Damasco

La oposición siria se conjura en Córdoba contra Asad y AlQaeda

Los rebeldes dan los primeros pasos para hacer un solo frente que les permita ganar la guerra casi tres años después

Combatientes del Ejército Libre de Siria en un suburbio a las afueras de Damasco, ayer
Combatientes del Ejército Libre de Siria en un suburbio a las afueras de Damasco, ayerlarazon

«Consenso total». Con este optimismo definieron a LA RAZÓN los representantes de la Coalición Nacional Siria (CNS) la clausura del encuentro que han mantenido en Córdoba durante dos días, dentro de unas conferencias organizadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España y la Casa Árabe. Su objetivo era acercar posturas, ya que los diferentes grupos que lo integran, entre ellos el Consejo Nacional Sirio, no han conseguido hasta el momento dar forma a un organismo lo suficientemente sólido en el que pueda apoyarse la comunidad internacional y que a su vez consiga una transición pacífica en Siria.

Durante la jornada de ayer –en la que participaron 150 representantes– debatieron varios aspectos clave de su estrategia de cara a la Conferencia de Ginebra que se celebrará, en principio, el próximo 22 de enero. «No vemos con malos ojos esta cita, pero todavía tenemos que acordar varios puntos, ya que hay algunos de nuestros integrantes que se siguen mostrando contrarios a participar en ella», explicaron a este diario fuentes de la CNS, quienes insistieron en que hasta el 17 de enero no harán pública su decisión. Sin embargo, sí alcanzaron un consenso en tres aspectos, uno de ellos novedoso. En primer lugar, insistieron en la necesidad de derrocar al régimen de Bachar al Asad para poner fin a esta guerra, siempre a través de la diplomacia. En segundo, facilitar la llegada de ayuda humanitaria a la población siria, la cual se está viendo afectada por el control militar de las carreteras que comunican las zonas más necesitadas del país. Y en tercer lugar, organizar un congreso, que han denominado Conferencia de Salvación Nacional, en un mes (no se concretó una fecha exacta) en el que vuelvan a reunirse todas las fuerzas opositoras, «incluso aquellas que aseguran que están siendo excluidas de nuestra organización», según la CNS, para establecer una oposición firme. Este encuentro se celebrará en una ciudad cercana a Siria aún por determinar. «El régimen insiste en considerar Ginebra II como una conferencia sobre la lucha contra el terrorismo, pero en realidad, el propio régimen es la fuente de dicho terrorismo», aseguraron los representantes de la CNS durante la lectura del texto pactado entre sus miembros. «Dicha conferencia no debe desviarse de su objetivo de conseguir la paz y la libertad para el pueblo sirio a través de una transición que otorgue pleno poder a un Organismo Nacional Sirio del que queden excluidos los autores de crímenes contra la población siria», añadieron.

A pesar de esta muestra de «consenso total», la realidad es que la oposición moderada sigue sin encontrar su sitio, y los rebeldes que luchan sobre el terreno suman un nuevo enemigo que les hace más débiles en la guerra: el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL). Este poderoso grupo yihadista que ha interrumpido con fuerza en el escenario de la guerra siria amenaza con arrebatarle al opositor Ejército Libre de Siria (ELS) y a la oposición política su revolución.

Ante esta situación, el ELS ha llamado a otras facciones islamistas como el Frente Islámico y el Ejército de los Muyahidines a crear una alianza común para combatir al ISIL. Los rebeldes le han declarado la guerra al Estado Islámico en el norte de Siria porque luchar contra ellos será la única salida para poder ganarle al régimen. Aunque no hay una confirmación oficial por parte de los rebeldes, tanto el ELS como el Frente Islámico quieren unirse para luchar por esta causa común. Para que la conferencia de Ginebra II pueda deparar algún resultado positivo, el ISIL debería ser derrotado antes del 22 de enero. El problema es que el Estado Islámico, aunque cuenta con un número menor de combatientes –entre 9.000 a 15.000–, está mejor entrenado y muchos de estos yihadistas han participado en las guerras de Afganistán, Irak o Chechenia. Por su parte, los rebeldes del ELS podrían sumar más de 50.000. Si el Estado Islámico se siente acorralado podría llamar a los combatientes de la provincia de Al Anbar (Irak) para que crucen a Siria y se unan en su lucha.

Los enfrentamientos entre los rebeldes sirios han ocasionado alrededor de 500 muertos, según datos del Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Los principales ataques se han producido en varias áreas de las provincias de Alepo, Idlib, Hama y Raqqa.