La sobrina de Le Pen, llamada a liderar el Frente Nacional, abandona la política temporalmente

Marine Le Pen convocó ayer al consejo de dirección del Frente Nacional para diseñar su estrategia de cara a las legislativas en lo que ella ha denominado la «profunda renovación» del partido. Sin embargo, tuvo que retrasar sus planes por la división interna que ayer constató en la reunión. Florian Philippot, su vicepresidente y promotor del giro social del partido, pidió unidad en un momento en el que el FN sopesa cambiar de nombre para que no esté tan asociado a su anterior líder, Jean-Marie Le Pen, condenado por xenofobia. Fruto de esta división interna, ayer, la diputada Marion Maréchal-Le Pen, sobrina de la líder del FN, anunció que ha decidido abandonar de forma temporal la vida política.

«No renuncio definitivamente al combate político. (...) No podría quedarme indiferente ante el sufrimiento de mis compatriotas», dijo la joven, de 27 años, al diario «Dauphiné Libéré», sin especificar cuánto tiempo estará apartada de la política. Según matizó la pequeña del clan, madre de una niña pequeña, ha tomado esta decisión porque pretende «cambiar de vida» y adentrarse en el mundo de la empresa privada. Una versión oficial que contrasta con la realidad ya que es bien conocida su ambición política y los analistas coinciden en que estaba llamada a suceder a su tía Marine. En 2012, Marion fue elegida para ocupar un escaño en la Asamblea Nacional por la tercera circunscripción de Vaucluse, convirtiéndose en la parlamentaria francesa más joven de la historia.

«Creo que la época de los políticos desconectados de la realidad con decenios de mandato a sus espaldas es obsoleta. (...) Hay que demostrar a los franceses que existen también cargos libres y desinteresados que rechazan agarrarse cueste lo que cueste a su estatuto», añadió echando mano de su ya conocido y eficaz populismo.

Más allá de los expresado por la «sobrinísima» en público en su decisión también ocupan un lugar preferente sus discrepancias con el liderazgo de su tía, Marine Le Pen. La diputada del Frente Nacional (ocupa uno de los dos escaños de la formación de ultraderecha en la Asamblea) encarna el ala más conservadora y católica del partido xenófobo, es más próxima a las ideas políticas de su abuelo, el fundador del FN Jean-Marie Le Pen, que a las impulsadas por su tía.

Su baja supone un duro golpe para Marine, en lo político y lo personal, ya que ésta suma un nuevo enemigo dentro de la familia. «Debería haber tomado esta decisión antes o esperar un poco, porque estamos en campaña electoral. . Que una de las protagonistas más queridas y admiradas del movimiento caiga en plena batalla legislativa puede tener consecuencias terribles. Espero que lo haya considerado», dijo el patriarca.