Irlanda

La UE cierra filas con Irlanda frente al plan de Boris Johnson

La Eurocámara considera “un paso atrás” la propuesta de Londres para evitar una “frontera dura”

El negociador europeo para el Brexit, Michel Barnier, ayer en Bruselas
El negociador europeo para el Brexit, Michel Barnier, ayer en Bruselaslarazon

La Eurocámara considera “un paso atrás” la propuesta de Londres para evitar una “frontera dura”

El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, se mostró ayer contundente en su rechazo a la nueva propuesta británica. Dublín tiene dos especiales preocupaciones: no entiende cómo va a evitar Reino Unido los controles aduaneros en el Ulster, ya que la República de Irlanda e Irlanda del Norte se mantendrían en regímenes distintos y se opone de manera firme a que sean tan solo las instituciones norirlandesas las que tengan la última y única palabra sobre esta solución de emergencia y su eventual caducidad. En este escenario, Dublín vería impotente la vuelta de una frontera dura en el Ulster, sin tener ni voz ni voto, ya que Irlanda del Norte se alinearía con las normas británicas. «El resto del mercado único se vería protegido gracias a esta frontera, pero el problema sería para Irlanda. Por eso hay que escuchar con mucho cuidado a Dublín», asegura un alto cargo comunitario.

Las cancillerías europeas comparten esta preocupación y en las últimas horas se han multiplicado las señales de apoyo. En público y en privado. Tanto el presidente del Ejecutivo comunitario, Jean Claude Juncker, como el del Consejo, Donald Tusk, mantuvieron ayer sendas conversaciones telefónicas con Varadkar y el cierre de filas no admite dudas. «Dejar a Irlanda de lado no es algo que nadie tenga en la cabeza», dice el mismo cargo europeo.

Aunque la llegada de una nueva propuesta por parte de Reino Unido ha tenido cierto efecto esperanzador, nadie duda de que las negociaciones que se avecinan son arduas y que el tiempo apremia. Tras mantener ayer una reunión con el negociador jefe de los Veintisiete, Michel Barnier, la Eurocámara rechazó también la nueva propuesta británica. «Aunque seguimos estando abiertos a estudiar soluciones serias, viables y legalmente operativas, las propuestas de Reino Unidos se quedan cortar y representan un importante paso atrás respecto a los compromisos y objetivos asumidos conjuntamente», asegura la institución que tiene en su mano vetar el texto.