Venezuela
La violencia política en Venezuela dispara la alarma internacional
EE UU pide que cesen las amenazas contra la oposición y la OEA muestra preocupación por «la falta de diálogo». El Gobierno de Nicolás Maduro se atrinchera en sus posiciones y rechaza cualquier propuesta de mediación
La pelea en la Asamblea Nacional en la que varios diputados opositores fueron agredidos por parlamentarios del Gobierno ha aumentado el nivel de inquietud en la comunidad internacional. El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, mostró ayer su «preocupación por la ausencia de diálogo político entre los venezolanos», mientras que la Casa Blanca llamó a rebajar las tensiones y a que cesen las amenazas «contra actores políticos legítimos». El miércoles fue la ONU la que conminó a los venezolanos a resolver los conflictos de forma pacífica y a través del diálogo.
La creciente preocupación de la comunidad internacional por la situación de tensión, violencia e incertidumbre en Venezuela responde, según el analista Alfredo Keller, a que «no se atisba una salida a la crisis política que vive el país» porque «el Gobierno no muestra ninguna disposición al diálogo. Sabe que si dialoga tiene que ceder en algo y parece que no está dispuesto a ello».
Carlos Correa, director de la asociación venezolana Espacio Público, asegura en declaraciones a LA RAZÓN que «en el país hay una esperanza de que finalmente se produzca una mediación internacional» que acabe con la crisis política.
Hasta ahora, lo que ha habido son declaraciones de reconocimiento al Gobierno de Maduro como la expresada por los presidentes de los países miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Sin embargo, ese reconocimiento vino acompañado de la recomendación de atender «cualquier reclamo» de los participantes del proceso electoral.
En el polo opuesto se sitúa Estados Unidos. El secretario de Estado, John Kerry, se ha negado a reconocer públicamente a Maduro como presidente. Sin embargo, el portavoz del Departamento de Estado, Patrick Ventrell, admitió ayer que la Administración de Obama sigue trabajando con el Gobierno venezolano, aunque evitó responder a los periodistas si este Ejecutivo tiene legitimidad. «Eso es algo que tiene que decidir el pueblo venezolano», respondió Ventrell, quien añadió: «No reconocemos gobiernos. Tenemos relaciones bilaterales con un país y esa relación bilateral continúa». El Gobierno venezolano hizo oídos sordos a los llamamientos para que impere la calma.
El ministro de Exteriores, Elías Jaua, respondió que en su país «hay plena estabilidad social, política, hay un Gobierno legítimo y hay unas instituciones democráticas legítimas». En una entrevista al diario «Le Monde», el presidente Maduro recriminó a Washington porque «Estados Unidos no nos respeta» y señaló que impedirá que en Venezuela «aparezca otro Pinochet». La Organización de Estados Americanos también se llevó lo suyo. Desde Caracas, el Ministerio de Exteriores rechazó «contundentemente las desmesuradas e injerencistas declaraciones» de José Miguel Insulza, secretario general de la OEA
La Conferencia Episcopal de Venezuela también se sumó al coro de voces que se ofrecen a mediar en esta crisis -igual que hizo el ministro español José Manuel García Margallo-. El obispo Diego Padrón manifestó su disposición a facilitar el diálogo entre el Gobierno y la oposición para superar el momento de polarización política que vive el país, agravado tras la golpiza en la sede del Parlamento, a la que también se refirió el obispo: "Las agresiones físicas de algunos diputados en la AN son un acto de violencia que causa tristeza y vergüenza, Venezuela no se merece espectáculos tan bochornosos".
✕
Accede a tu cuenta para comentar