Líbano
La violencia prende en Palestina tras la decisión de Trump
Hamas anuncia una tercera intifada después del rezo de hoy. La Autoridad Nacional Palestina, sin embargo, hace un llamamiento para que las protestas sean pacíficas.
Israel gestiona desde ayer la emoción suscitada entre parte de la población por el reconocimiento norteamericano de Jerusalén como su capital, con el rebrote de violencia en los territorios palestinos. El Gobierno de Benjamin Netanyahu tampoco oculta sus expectativas de que otros países sigan los pasos del presidente Donald Trump. Netanyahu avanzó ayer que «muchos países emularán la decisión del líder de Estados Unidos», pues «varios» –sin especificar– ya se han puesto en contacto con el Ministerio de Exteriores en Jerusalén. Hasta ayer, los únicos países que habían acogido el anuncio de Trump, aunque en términos menos categóricos, eran República Checa y la Filipinas de Duterte.
En los territorios palestinos, sin embargo, las expectativas son las contrarias. Ayer se registraron los primeros incidentes violentos protagonizados entre manifestantes árabes y soldados israelíes en diferetentes puntos de Cisjordania como Ramala, Jenin, Tulkarem, Beni Saleh, Bitunia y Hebron, entre otros, que terminaron con varios heridos. La Media Luna Roja palestina dio un balance de 104 heridos por los gases lacrimógenos y las balas de hule, aunque dijeron que en algunos casos las tropas usaron también balas vivas. De acuerdo con el Ejército israelí el saldo de heridos fue inferior y lo rebajó a 20.
Bajo el eslogan de «Jerusalén es árabe» y «Jerusalén es palestina», los árabes apedrearon a soldados israelíes y les lanzaron botellas incendiarias en puntos de encuentro provocando numerosos disturbios, aunque no multitudinarios. También en la Ciudad Vieja de Jerusalén hubo momentos de tensión al registrarse desórdenes junto a la Puerta de Damasco, donde varias decenas de árabes con banderas palestinas gritaban contra Israel y por «Jerusalén palestina por siempre». Los tumultos terminaron con varios detenidos. La gran pregunta que recorría ayer las calles de Israel era si se estaba ante el inicio de una escalada de tensión sobre el terreno. Especialmente inflamable puede ser la situación de hoy, viernes, cuando finalicen los rezos musulmanes en las mezquitas.
La organización islámica Hamas prometió ayer munición. Los islamistas anunciaron el inicio de una tercera intifada después de la oración del viernes. «Los palestinos sabemos encender el terreno», declaró desde la Franja de Gaza el jefe de Hamas Ismail Haniye. Desde Ramala, sin embargo, la Autoridad Palestina intenta maniobrar entre las protestas de la calle y sus propias críticas a Trump y la renuencia a una nueva ola de violencia que no pueda controlarse. Mientras Haniyeh de Hamas afirmaba que «la decisión norteamericana es una declaración de guerra, una agresión contra nuestro pueblo y nuestros santuarios» y llamaba a «una intifada que le muestre a Netanyahu el precio que pagará»; la oficina del presidente Mahmud Abás mantenía un tono más pacífico.
Uno de los asesores de la ANP, Naser al Qidwa, exhortó a los palestinos a protestar «pero de forma pacífica». Ayer, el presidente Abás viajó a Amán para reunirse con el rey de Jordania Abdalá, en un declarado intento de coordinar posiciones ante la nueva situación.
En Israel también se oyen discrepancias en torno a la decisión del presidente norteamericano pero se rechazan las advertencias de los gobiernos extranjeros acerca del «peligro» de la decisión de Trump y derivan cualquier responsabilidad sobre los eventuales choques hacia quienes lancen los ataques violentos. La cancillería hebrea criticó duramente a la jefa de la diplomacia europea Federica Mogherini, quien advirtió de que la decisión del presidente Trump «puede devolvernos a días oscuros». «Con esas palabras, ella está dando a los palestinos razones para albergar expectativas irreales», respondieron desde el ministerio de Exteriores israelí. Mogherini calificó de «muy preocupante» la iniciativa de Trump y prometió que la Unión Europea va a tomar un papel «más activo» en el impulso del proceso de paz. La Alta Representante de la UE reiteró la posición «clara y unida» de los Veintiocho de que la solución de dos Estados, con Jerusalén como «capital de ambos» –israelí y palestino–, es la única «realista». Para la Unión Europea se abre un terreno interesante con el alineamiento de EE UU con Israel, en el que puede ejercer un papel mediador en el eterno conflicto de Oriente Medio.
Cuando de palabras se trata, hubo quienes decidieron enviar una carta especial de agradecimiento a Trump: 250 rabinos israelíes, entre ellos uno de los rabinos jefes del Estado, el sefaradí Itzjak Yosef, quienes escribieron al mandatario que su decisión «es un cumplimiento de las profecías bíblicas».
Riad alerta de los efectos
Como era de esperar los aliados árabes de Estados Unidos en la región como Arabia Saudí expresaron ayer su disconformidad por la decisión de Trump. «El reino saudí lamenta profundamente la decisión del presidente estadounidense de reconocer Jerusalén como capital de Israel. El reino ya ha advertido de las graves consecuencias de una decisión tan injustificada e irresponsable», resaltó en un comunicado el monarca Salman. La decisión de la Casa Blanca deja a Riad en una posición difícil. El reino saudí, y en especial su todopoderoso príncipe heredero, Mohamed Bin Salman, mantienen estrechas relaciones con Trump y con su yerno, Jared Kushner, que lidera los esfuerzos de Washington por reactivar las conversaciones de paz de Oriente Medio.
La medida unilateral de Trump de mover la embajada de EE UU a la Ciudad Santa ha roto con siete décadas de diplomacia estadounidense, y amenaza con desencadenar una escalada de violencia en Oriente Medio. Desde Turquía, pasando por Líbano, Jordania y Egipto se ha extendido las manifestaciones callejeras en contra de la decisión de la Casa Blanca. Cientos de miles de turcos salieron a las calles de Estambul y Ankara para condenar el movimiento de EE UU de cambiar su embajada a Jerusalén. Escenas similares se vivieron en los campos de refugiados palestinos de Líbano y Jordania donde se quemaron banderas norteamericanas y neumáticos para expresar su ira. La milicia chií libanesa Hizbulá, que no se había pronunciado hasta ayer, alegó que la resistencia es el único camino de recuperar los derechos perdidos de los palestinos. «El único modo de recuperar los derechos es la vía de la resistencia, puesto que la declaración de Trump ha eliminado la negociación como método», advirtió el bloque parlamentario de Hizbulá.
Entretanto, su líder Hasan Nasrala arremetió contra la decisión del mandatario en un discurso televisado. «Musulmanes y cristianos se sienten insultados al ver que la ciudad que representa su historia ha sido entregada a un estado artificial». Todos los ojos están puestos de nuevo en Jerusalén.
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