Dublín

Las conversaciones de paz en Belfast terminan sin acuerdo

Las conversaciones que el mediador de Estados Unidos Richard Haass ha mantenido en Belfast con los partidos de Irlanda del Norte, destinadas a resolver asuntos conflictivos del proceso de paz, como las banderas y los desfiles, culminaron hoy sin acuerdo.

Haass y los representantes de las cinco principales formaciones norirlandesas mantuvieron negociaciones maratonianas que se prolongaron toda la madrugada y terminaron esta mañana.

Al término de este diálogo, el exdiplomático estadounidense admitió que no se había podido conseguir el consenso necesario sobre una serie de propuestas destinadas a resolver disputas.

Esos desacuerdos giran en torno a las banderas que deben ondear en edificios públicos, las zonas por donde pasan los tradicionales desfiles protestantes y el legado de treinta años de un conflicto norirlandés que causó más de 3.500 muertos.

El llamado Acuerdo del Viernes Santo fue firmado en Belfast el 10 de abril de 1998, lo que ayudó a poner fin a años de los ataques de violencia sectaria entre protestantes y católicos.

En rueda de prensa hoy al término de las conversaciones, Haass dijo que las partes habían conseguido "importantes progresos", pero no lo suficiente para firmar un acuerdo definitivo.

Según explicó, se formará un grupo de trabajo integrado por representantes de los partidos a fin de tratar de buscar la manera de hacer más progresos y superar las discrepancias.

"Esperamos que los partidos reflexionen, evalúen (el documento) con su liderazgo y después vuelvan a darle un fuerte apoyo", dijo.

"Hubiera sido bonito haber salido esta noche para decir que los cinco partidos han firmado todo el texto, pero aún no estamos (en esa situación)", señaló el mediador.

En estas conversaciones multipartitas han participado el mayoritario Partido Democrático Unionista (DUP) y el Sinn Féin, exbrazo político del Ejército Republicano Irlandés (IRA) y principal representante de la comunidad católica-nacionalista en la región.

Completan el quinteto el Partido Unionista del Ulster (UUP), el Partido Socialdemócrata y Laborista (SLDP, nacionalista moderado) y la Alianza, formada por miembros de ambas comunidades.

Haass -a quien se le encomendó la labor de mediación hace seis meses por el ministro principal, el unionista democrático Peter Robinson, y el viceministro principal, el republicano Martin McGuinness- se mostró optimista de que en el futuro los partidos aprobarán gran parte del contenido del texto.

Al mismo tiempo, el exdiplomático pidió a Robinson y McGuinness que hagan públicos los detalles del documento para que la población de Irlanda del Norte pueda opinar sobre su contenido.

Haass agregó que estas conversaciones han servido para "sentar las bases"para futuros avances.

El mediador había mantenido intensas negociaciones en los últimos meses, pero éstas quedaron suspendidas el día 24, cuando el mediador regresó a su país para pasar la Navidad.

El pasado sábado -día 28- el exdiplomático regresó a Belfast con intención de cerrar ayer lunes el acuerdo, pero las conversaciones se prolongaron toda la madrugada hasta las 5.30 GMT de hoy.

En los últimos meses, Haass ha mantenido más de cien reuniones y se ha dirigido a más de 500 personas durante un proceso que ha incluido, además de a los políticos, a otros representantes de la sociedad norirlandesa.

Según el exdiplomático, ha recibido más de 600 propuestas de "individuos y grupos"con ideas para resolver estas cuestiones, que han hecho brotar actos de violencia en las calles de la provincia.

Así sucedió en verano durante la temporada de desfiles de la orden protestante de Orange o a principios de este año, cuando cientos de policías resultaron heridos en enfrentamientos con jóvenes protestantes y católicos por la retirada de la bandera británica del Ayuntamiento de Belfast, que solo ondea ya en días señalados.

Más peligroso es que la radicalización de la ciudadanía sirva para dar vuelo a los disidentes del ya inactivo IRA, capaces de intensificar en los últimos meses su campaña armada y que, según la Policía, representan una amenaza seria para la paz.