Política

Siria

Las guerreras de Kobani, un ejemplo inédito de igualdad en Oriente Medio

La ciudad siria de Kobani, donde la feroz resistencia al asedio del Estado Islámico (EI) se ha convertido en símbolo de unidad para los kurdos, es un ejemplo inédito de igualdad para sus mujeres, que luchan codo a codo con los hombres en sus calles, en un hecho excepcional en Oriente Medio. Tras más de 40 días de sitio, las imágenes de Kobani, y en especial de las jóvenes combatientes de las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG) defendiendo su ciudad con un kalashnikov en el brazo y una sonrisa en el rostro, han dado la vuelta al mundo en las redes sociales.

"La resistencia de Kobani ha movilizado a toda nuestra sociedad y muchos de sus líderes, incluida yo misma, son mujeres. Los que estamos en el frente sabemos muy bien cómo trata el EI a las mujeres. Esperamos que todas las mujeres del mundo nos ayuden porque luchamos por los derechos de las mujeres en todo el mundo", escribió la comandante Meysa Abdo el pasado martes en The New York Times.

En un artículo titulado "Una ciudad no puede luchar sola contra el Estado Islámico", Abdo, uno de los dos responsables militares de la defensa del enclave kurdo, pide al mundo "atención y ayuda para el pueblo de Kobani".

Conocida por su nombre de guerra, "Narín Afrin", la comandante, de unos 40 años, es admirada y muy querida por sus milicianos, que la consideran una líder fuerte, capaz de tomar decisiones en cualquier circunstancia, además de resaltar su completa entrega a sus soldados.

Otro nombre de mujer vinculado a Kobani ha acaparado en los últimos días un gran interés mediático: se trata de "Rehana", el alias de una combatiente kurda de la que se dice que ella sola logró matar a más de cien milicianos del EI.

A parecer "Rehana"fue capturada recientemente por los yihadistas, que la decapitaron y colgaron una foto de uno de sus miembros exhibiendo su cabeza.

Aunque algunos periodistas de la zona dicen que se trata de un montaje, sus compañeras de armas ya han jurado vengarla.

Se trata de sólo dos ejemplos, pues, según la televisión catarí Al Yazira, las mujeres suponen al menos un 35 por ciento (unas 15.000 milicianas) de las fuerzas de las YPG que luchan desde hace más de dos años en Siria.

Y su presencia aumenta significativamente hasta entre el 50 y 60 por ciento en las filas de la resistencia de Kobani, formadas en total por unos 2.000 combatientes, según fuentes kurdas.

Ellas aseguran que los terroristas del EI, además de considerar a las mujeres objetos sin ningún derecho, creen que si mueren a manos de una de ellas no podrán ir al paraíso, que es lo que más anhelan.

Los yihadistas "han tergiversado el Islam. En su filosofía, las mujeres no tienen un rol propio en la sociedad. Ellos creen que si mueren a manos de una mujer irán al infierno", explica Dalil Derki, responsable de un batallón femenino, a la televisión rusa RT.

Por eso "cuando ven a una mujer con un arma se ponen a temblar y huyen como ratas", dice una de sus combatientes, mientras Derki subraya que la mitad de los yihadistas en la frontera fueron abatidos por las milicianas y se muestra orgulloso de sus tropas, que "son un ejemplo para las mujeres en todo el mundo".

De hecho, las mujeres del Kurdistán tienen un largo historial como guerreras dentro de un pueblo habituado a luchar contra la opresión, en particular en Siria, Irak, Irán o Turquía, los países entre los que se repartió el territorio al final de la I Guerra Mundial.

Adela Kham, conocida como la "princesa valiente", que gobernó en los años 20 los territorios kurdos entre Irán e Irak alrededor de Halabja, o Leyla Qasim, que en 1974, con 22 años, fue la primera mujer ejecutada por el régimen baasista de Irak por su implicación en el movimiento estudiantil kurdo así lo demuestran