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Laura Chinchilla: «El populismo no garantiza el desarrollo de las naciones»

Presidenta de COSTA RICA

Tenemos una situación de mayor deterioro en la lucha contra el narcotráfico que hace 10 o 15 años»
Tenemos una situación de mayor deterioro en la lucha contra el narcotráfico que hace 10 o 15 años»larazon

Laura Chinchilla, la primera mujer que preside Costa Rica, se ha sumado a una iniciativa junto a otros países latinoamericanos para pedir a la ONU que impulse un cambio de estrategia en la lucha contra el narcotráfico. Chinchilla gobierna desde hace casi tres años un país –suprimió su ejército en 1949– que está sufriendo cada vez más los efectos del tránsito de la droga hacia Estados Unidos, algo a lo que se refiere en esta entrevista concedida a LA RAZÓN.

–¿Existe el peligro de que el narcotráfico doblegue estados en Centroamérica?

–El narcotráfico ya ha llegado a controlar partes importantes de territorios de algunos países, como llegó a ser el caso de Colombia, y ha llegado a penetrar instituciones estratégicas para el mantenimiento del orden público, como ha sido el caso de México. En la parte norte de Centroamérica se observan tendencias y expresiones muy graves de penetración en la institucionalidad. La parte sur de Centroamérica sigue estando relativamente protegida frente al fenómeno pero sí vemos tendencias muy preocupantes, de manera que toda Centroamérica, incluidos México y Colombia, hemos venido desarrollando estrategias de cooperación. Es quizá la principal amenaza que está pesando sobre el estado de derecho en estos países de Centroamérica.

–¿Se avanza en la lucha o los narcos están ganando la partida?

–Desafortunadamente, si lo analizamos en términos de aceptación de la institucionalidad, de pérdidas humanas y de crecimiento de la violencia en toda la región de Mesoamérica –sacando a Colombia–, podríamos decir que tenemos una situación de mayor deterioro que hace 10 o 15 años, cuando se articularon las primeras estrategias de combate del narcotráfico. Hemos aprendido lecciones. La primera es que el narcotráfico no se puede combatir en el marco de una única nación porque en ese caso lo único que hacemos es desplazar el problema, no eliminarlo. La otra lección es que el narcotráfico no es una actividad aislada, sino que forma parte de estructuras criminales organizadas y transnacionales. Mientras la lucha se siga librando con un énfasis del sur hacia el norte y no combatamos a su vez los flujos de ilegalidad del norte hacia el sur, como es el tráfico de armas con el que se paga la droga, o los reactivos con los que se fabrica la droga y el tema del lavado de dinero –donde muchas veces los sectores financieros de países grandes ayudan a encubrirlo–, el éxito nunca va a ser rotundo.

–¿Las políticas populistas siguen siendo una amenaza en América Latina?

–América Latina ha tenido históricamente dos grandes cánceres en su política. Uno es el populismo y otro la corrupción. De alguna manera, uno conlleva al otro, porque el populismo no significa sólo un verbo encendido de un dirigente sino también políticas clientelistas que propician la corrupción. El populismo no es la vía para garantizar la popularidad de los gobiernos; sin embargo, la tentación para sostener gobiernos y perpetuarse en el ejercicio del poder es mucha, aunque no garantiza el desarrollo sostenible de las naciones.

–Existe un peligro de amenaza contra la libertad de prensa en muchos países de América Latina. ¿Cómo valora este problema?

–Por venir yo de una de las naciones que más defienden la libertad de expresión, por supuesto que veo siempre con preocupación cualquier cierre de espacios a la libre expresión y al libre ejercicio del periodismo, de manera que condenamos cualquier acción en esa dirección. El reto que tenemos para enfrentar una serie de problemas es potenciar una sociedad mucho más abierta e instituciones más íntegras, en las que ni la corrupción ni la delincuencia organizada puedan penetrar en las instituciones.

–¿El cáncer de América Latina es ahora la desigualdad?

–La desigualdad es un problema estructural, muy asociado a la violencia. América Latina ha tenido dos récords bastante vergonzosos: uno es ser la región más violenta del mundo en ausencia de guerras (la única guerra que se estaba librando era la de Colombia), y la segunda es ser la región más desigual. Esto demuestra que ambos problemas van de la mano y que si no atacamos las causas de la desigualdad seguiremos teniendo violencia. Pero tengo que resaltar para bien de América Latina el esfuerzo de algunas naciones que han logrado aprovechar el crecimiento económico para redistribuir más, disminuyendo así la pobreza y aumentando la clase media.

–¿América Latina está más fragmentada que nunca?

–Todo lo contrario. En la Cádiz tuvimos una de las cumbres más tranquilas y pacíficas de los últimos años, donde primaron los mayores niveles de respeto y diálogo que uno pueda recordar. Lo que sucede es que muchos de los foros que se vienen articulando en América Latina no compiten entre sí sino que se complementan. Así sucede con la Cumbre de las Américas, la Cumbre Iberoamericana y la Comunidad Económica Latinoamérica y del Caribe.

Un pequeño paraíso tecnológico

Costa Rica es uno de los países centroamericanos que mejores indicadores socioeconómicos presenta, ya sea en educación o inversión directa extranjera per cápita. Además del sector agrícola, en los últimos años el país ha desarrollado una industria tecnológica especializada en la producción y exportación de «software», y ha potenciado su imagen como destino turístico. Con todo, y pese a haber experimentado un crecimiento del PIB del 4%, mantiene por encima al 20% de la población en niveles de pobreza. Desde 1949 es un país sin ejército. Conflictos, sin embargo, no le faltan. Uno de ellos es una disputa fronteriza con Nicaragua por el control de la desembocadura del río San Juan.