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Li Yuanchao, un vicepresidente matemático y preocupado por el medio ambiente

El nuevo vicepresidente de China, Li Yuanchao, de 62 años, formado en ciencias matemáticas en las mejores universidades de Pekín y Shanghái, es uno de los hombres de talante más reformista en la nueva cúpula, que mostró atención a los problemas medioambientales en su etapa como alto cargo regional.

Nacido el 11 de noviembre de 1950 en Lianshui, en la provincia oriental de Jiangsu (que gobernó entre 2002 y 2007), Li es, como el nuevo presidente, Xi Jinping, un "príncipe"del Partido Comunista, apodo con el que se conoce a los hijos de los primeros revolucionarios del maoísmo.

Su padre, Li Gancheng, luchó codo a codo con Mao Zedong cuando el Partido estaba en la clandestinidad, en los años 30 del siglo XX, y en los 60 alcanzó el puesto de vicealcalde de Shanghái, aunque, como la mayoría de los políticos de su generación, fue purgado en la Revolución Cultural.

Para Yuanchao eso supuso cinco años de trabajo en una granja de las afueras de Shanghái, entre 1968 y 1972, hasta que, con la muerte de Mao, fue uno de los primeros jóvenes que pudo asistir a las universidades tras casi una década sin clases.

Abnegado estudiante, primero de Matemáticas en la Universidad de Fudan (la mejor de Shanghái) y después de Económicas en la de Pekín, la más famosa de China en aquel entonces, Li es recordado por sus compañeros como alguien humilde y flexible, pero poco interesado en política y centrado.

Muchos lo veían como un ratón de biblioteca, un futuro gran académico que de hecho empezó a trabajar como profesor de matemáticas en escuelas secundarias.

El giro político de Li, que también estudió un posgrado en Harvard (EEUU), llegó en 1983, cuando los líderes comunistas de Shanghái vieron en él potencial y le nombraron jefe de la Liga de las Juventudes Comunistas de la Universidad de Fudan.

Los inicios en esta institución lo ligan de esta forma al ala comunista del expresidente Hu Jintao, quien también ascendió al poder desde la Liga, por lo que Li es al mismo tiempo "príncipe"y "tuanpai", nombre con el que en China se conoce a los líderes que llegan al poder a través de la rama juvenil, en general altos cargos de corte más populista y más cercano a la población.

Durante su lustro como secretario del Partido Comunista de China en Jiangsu, una de las provincias más ricas de China, Li se mostró como un político diferente a la tónica general de entonces, menos centrado en la economía y más en los problemas medioambientales o preocupado por ganar la aprobación de los ciudadanos a su gestión, así como en combatir la corrupción.

A raíz de un accidente ecológico que causó una epidemia de algas en el lago más turístico de esa provincia, Jiangsu cerró durante el gobierno de Li más de 2.000 fábricas contaminantes.

Además, con el ahora vicepresidente al frente, se estableció un "ránking de popularidad"de los jefes comunistas provinciales: los ciudadanos ponían nota a su desempeño y los que obtenían menor puntuación eran reemplazados.

Estas medidas le valieron el gran espaldarazo a la política nacional, que llegó en octubre de 2007, cuando en el XVII Congreso del PCCh fue nombrado jefe de Organización del Partido, un cargo de gran influencia encargado de millones de nombramientos en la formación.

Li, que llegó a sonar también como candidato a primer ministro (cargo que se anunciará mañana y recaerá en Li Keqiang) será seguramente vicepresidente hasta el año 2017.

Mientras el presidente de China suele gobernar durante 10 años, los vicepresidentes sólo acostumbran a ostentar el cargo 5 años, por lo que Li será un "número dos"de transición, ya que en 2017 será posiblemente reemplazado por el líder que entonces suene como principal favorito a presidir el país en 2022.