Liquidar las facturas

¿Cuáles serían las consecuencias en caso de que se colapsen las negociaciones entre Reino Unido y la UE?

–En este improbable caso, se volvería al orden preexistente a la entrada de Reino Unido en las instituciones europeas. Por ejemplo, en cuanto a las relaciones comerciales, se aplicarían las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) con un fuerte incremento de los impuestos para ciertos productos. En cuanto a inmigración, Reino Unido tendría la capacidad de aplicar sus propias reglas.

¿Quién debería pagar la factura del Brexit?

–Es un contencioso muy complicado y será un tema prioritario en las negociaciones. Ambos lados están de acuerdo en que Reino Unido mantenga ciertas obligaciones y que salir de la Unión Europea obliga a los británicos a «liquidar facturas pendientes» de alguna forma. Pero el desacuerdo está en el contenido de las mismas y, por ende, en el montante de la factura final.

¿Cuál podría ser el precio final en el acuerdo?

–Las estimaciones varían enormemente. Originalmente, la UE pensaba que estaría en un margen de entre 40.000 y 60.000 millones de euros, pero la cifra que circula por Bruselas ha subido hasta los 100.000 millones. El Gobierno británico ha dejado claro que ésta es una cifra inaceptable. Durante la campaña para el referéndum del Brexit, los que abogaban por la salida sugirieron que no habría ninguna factura.

¿Habrá una penalización para los europeos que trabajan en Reino Unido?

–No creo que vaya a haber un castigo a los extranjeros europeos. Sin embargo, probablemente será más difícil para ellos trabajar en Reino Unido, y verán restringido su acceso a las ayudas sociales. Esto afectará mucho a los inmigrantes de la UE, ya que pasarán a recibir el mismo trato que los trabajadores extracomunitarios.

¿Cuáles serán los primeros temas de discusión en la negociación que empieza el 19 de junio, tras las elecciones británicas?

–La naturaleza de las obligaciones británicas será lo primero en la agenda. En otras palabras, la factura y cómo se pagará. También es probable que el inicio de las negociaciones esté marcado por cuestiones de procedimiento: cómo se van a organizar y cómo se cerrarán ciertos asuntos. Otro tema importante será decidir quién tiene autoridad para juzgar sobre posibles desacuerdos que haya en el futuro; si será el Tribunal de Justicia de la UE, los tribunales británicos o la Corte Internacional de Justicia.