Elecciones en Francia
Los 400 hombres del presidente Macron
Los franceses acuden de nuevo hoy a las urnas para elegir la Asamblea Nacional. Los sondeos anticipan un «tsunami» de En Marcha! .
Los franceses acuden de nuevo hoy a las urnas para elegir la Asamblea Nacional. Los sondeos anticipan un «tsunami» de En Marcha! .
«Big bang», «tsunami», «escobazo»... Así anticipan los medios franceses el resultado que se espera de las legislativas que se celebran hoy y el próximo domingo. La nueva revolución en la Asamblea llega de la mano de La República en Marcha (LRM), el partido de Emmanuel Macron, que según los sondeos aplastará literalmente al resto de sus adversarios, sobre todo si, como parece perfilarse, la abstención es importante y ronda el 40%. Tanto los electores de derechas como los de izquierdas sienten que es más fácil votarle porque no está identificado en un campo u otro, o al mismo tiempo en los dos. «Macron ha logrado que se le identifique como alguien que no es ni de derechas ni de izquierdas, o un poco de los dos, y esa neutralización política va a favorecer un fenómeno de imantación en torno a él», asegura Dominique Reynié, director del think-tank Fondapol. Además, los electores tienen la impresión de que el nuevo presidente no lo hace tan mal.
Ese es el gran problema que encuentran Los Republicanos, liderados por François Baroin. Los conservadores han insistido durante la campaña en marcar las diferencias entre su programa y el de En Marcha «inspirado en la izquierda», como señala Baroin, pero su voz resulta poco audible entre los votantes cuando ven que uno de los suyos hasta hace menos de un mes, Edouard Philippe, es el actual primer ministro. El mensaje de que En Marcha es «una mutación del Partido Socialista», o de que no es sano para el debate democrático una «dominación hegemónica», no parecen hacer mella entre aquellos electores tentados por dar una oportunidad a Macron. Y Baroin es el primero en no creer en la victoria. Ha pasado de querer una «mayoría para gobernar el país» e imponer una cohabitación a estar convencido de que se van a llevar «una buena paliza», como revela esta semana «Le Canard Enchaîné».
En la misma línea se expresa el secretario general del Partido Socialista, Jean-Christophe Cambadelis, que espera «una gran carnicería». Y el problema no es sólo político, sino financiero. Cada partido recibe del Estado una cantidad según el número de votos y de diputados que obtengan, el Partido Socialista (PS) recibió 25 millones de euros el año pasado gracias a sus 295 diputados, que en la próxima legislatura podrían verse reducidos a la décima parte.
El Frente Nacional (FN), que se presenta como el «primer partido de Francia», está revisando a la baja sus ambiciones para estas legislativas. Hasta el punto que se pregunta si será capaz de formar un grupo parlamentario en la Asamblea, para lo que necesitaría un mínimo de 15 diputados. La intervención de Marine Le Pen en el debate presidencial le pasó factura con unos resultados decepcionantes (33,9%), y los conflictos políticos y personales que hasta ahora permanecían larvados en el interior del partido han terminado por decepcionar a sus electores, aunque la líder de la extrema derecha parece tener asegurado su escaño.
Para la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon las cosas están peor, y su repunte en las presidenciales parece que se hunde como un soufflé. Mélenchon ha pasado de querer ser la oposición a Macron a intentar imponerse como líder de la oposición de izquierdas. Los últimos sondeos publicados el viernes en Radio France (Ipsos) atribuyen a LRM una intención de voto de 31% en la primera vuelta, con una proyección en escaños de entre 397 y 427 en los resultados finales. Los Republicanos y centristas del UDI (Unión de Demócratas e Independientes) obtendrían 22% (entre 95 y 115 escaños), el FN 18% ( de 5 a 15 escaños), la Francia Insumisa 11,5% (de 11 a 21 escaños) y el PS 8% (de 22 a 32 escaños).
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