Disturbios
Los generales neutralizan «la sedición» en Irán
El régimen de los ayatolás saca a miles de partidarios a las calles para contrarrestar las protestas antigubernamentales y despliega en los puntos calientes a la temida Guardia Revolucionaria pese a dar por finalizada la revuelta
El régimen de los ayatolás saca a miles de partidarios a las calles para contrarrestar las protestas antigubernamentales y despliega en los puntos calientes a la temida Guardia Revolucionaria pese a dar por finalizada la revuelta.
Al cumplirse una semana del estallido de protestas contra el régimen de los ayatolás en Irán, miles de personas salieron ayer a las calles a favor del líder supremo, Ali Jamenei. Diferentes fuentes iraníes y comentarios en las redes sociales matizaban que todo estaba orquestado desde arriba y que inclusive se había recordado a los profesores y funcionarios públicos la obligatoriedad de salir a la calle a expresar su apoyo al régimen teocrático.
La televisión estatal transmitió imágenes de las manifestaciones de «respuesta» en las localidades de Ilam, Kermanshah y Gorgan, mostrando a gente ondeando banderas de Irán y fotos del líder Jamenei. También hubo concentraciones favorables al régimen en la ciudad sagrada de Qom, Isfahán, Abadan y Khorramshar. En varios puntos, los manifestantes entonaron cánticos pidiendo «muerte a Estados Unidos» y reiterando la acusación que lanzó días atrás el presidente Hasan Rohani contra Israel y Estados Unidos, en las que afirmó que estos países están detrás de las protestas. Anteayer, el propio Jamenei acusó a «los enemigos de Irán» de las algaradas.
El general Ali Jafari, jefe de la fuerza de élite del régimen, la Guardia Revolucionaria, proclamó ayer que las protestas han sido sofocadas. «Hoy podemos decir que este es el fin de la sedición de1396», señaló en referencia al año del calendario persa. El general añadió que «la alerta de seguridad y la vigilancia del pueblo han derrotado a los enemigos». Jafari minimizó totalmente la dimensión de las protestas de los últimos días, alegando que en todo el país no habían salido más de 15.000 personas a las calles.
Al igual que Rohani hace unos días y el líder supremo anteayer, Jafari acusó a fuerzas extranjeras de haber instigado los desórdenes, aunque sumó a la lista a «agentes anti revolucionarios y pro monárquicos». Jafari indicó que la Guardia Revolucionaria no tuvo que intervenir demasiado, dando a entender que la dimensión de las manifestaciones fue limitada, pero, por otro lado, ayer, fueron enviados refuerzos a algunas ciudades. En concreto a Isfa-hán, Lorestan y Hamadan. Observadores locales interpretaron que este paso refleja la dificultad para socavar los disturbios.
Mientras tanto, Washington continúa enviando mensajes de apoyo a los jóvenes que lideran las protestas. El presidente Donald Trump tuiteó reiteradamente sobre la situación y ayer hasta prometió ayuda concreta, sin especificar. «Todo mi respeto al pueblo de Irán que trata de echar a su Gobierno corrupto. Verán gran apoyo de Estados Unidos en el momento apropiado», escribió.
La estrategia política norteamericana sobre Irán llegará a un punto clave antes de mediados de este mes, cuando el presidente tenga que tomar una decisión acerca de si reinstaura las sanciones a la exportación de petróleo iraní que habían sido levantadas en el marco del acuerdo nuclear firmado en 2015 por Irán por su antecesor Barack Obama y las potencias europeas. Por un lado, desea castigar al régimen iraní, al que ha calificado de «terrorista» y, por otro, es consciente de que ello es problemático para el pueblo, que ya lidia con una difícil situación económica. El general Jafari lo sabe y se ha manifestado públicamente sobre ello. «Si la simpatía de los americanos para con los iraníes fuera verdadera, no habrían impuesto sanciones crueles a nuestra nación», declaró. Y en la misma ocasión, en una evidente y explícita crítica a la línea del presidente Rohani, agregó que «la amistad con Estados Unidos nunca traerá prosperidad al pueblo». Ayer, el jefe del Departamento de Justicia iraní en Borujerd informó de que en las protestas en dicha ciudad se arrestó a un ciudadano europeo. «Había sido entrenado por servicios de Inteligencia europeos y estaba encabezando los disturbios», aseguró, sin dar detalles ni pruebas. La información al respecto la publicó la agencia Tasnim.
El presidente Rohani habló ayer por teléfono con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, y le manifestó su «convicción de que pronto se calmará la situación». «Estamos seguros acerca de la seguridad y estabilidad de Irán», dijo Rohani. «La gente es libre en Irán de protestar en el marco de la ley», agregó, según una cita en la agencia oficial Irna.
Toda la jornada había transcurrido sin muertos –tras los 21 de los seis primeros días–, pero al anochecer la agencia Mehr informó de que tres agentes de Inteligencia habían perdido la vida en la ciudad de Piranshahr. Un comunicado de la Guardia Revolucionaria señaló que los tres habían fallecido «en un enfrentamiento con elementos antirevolucionarios», aunque no se señaló si ello había estado relacionado con las protestas de los últimos días.
Por otra parte, el ministro iraní de Comunicación, Mohamad Yavad Yahromí, contactó con responsables de Telegram para comunicarles que el servicio de mensajería podrá continuar en el país si se eliminan los canales de carácter «terrorista», después de que hace días fuera bloqueado, en medio de las protestas.
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