Cumbre de la UE
Los líderes del sur de la UE se conjuran contra los populismos nacionalismos
Hollande exige cohesión entre los socios comunitarios ante la amenaza de los nacionalismos que se han reforzado tras el Brexit
Hollande exige cohesión entre los socios comunitarios ante la amenaza de los nacionalismos que se han reforzado tras el Brexit
Los líderes del sur de la Unión Europea coincidieron ayer en que la lección del Brexit debe ser una mayor cohesión y destacaron la necesidad de impulsar programas abocados al crecimiento para que la ciudadanía no se aparte de la idea europea. Tras la reunión convocada por el primer ministro griego, Alexis Tsipras, los representantes de Grecia, Francia, Italia, España, Portugal, Chipre y Malta hicieron especial hincapié en que el objetivo de esta cita no era crear división sino «contribuir positivamente al diálogo en la Unión». Con ello quisieron disipar todo resquemor respecto al surgimiento de un nuevo grupo dentro de la UE, si bien acordaron hoy mismo que seguirán reuniéndose y que la próxima cita será en Portugal. «Nos une la crisis económica, la de refugiados y la social, pero también un patrimonio cultural, una tradición histórica y raíces comunes», sostuvo Tsipras, quien recalcó que el diálogo entablado hoy persigue lograr fundamentalmente «una Europa mejor, ni más ni menos».
Los siete países estuvieron representados por sus respectivos primeros ministros o presidentes, con excepción de España, que envió al secretario de Estado para la UE en funciones, Fernando Eguidazu. El presidente francés, François Hollande, recalcó que en tiempos en los que los nacionalistas y populistas apuestan por la desintegración de la UE como consecuencia del Brexit, la respuesta debe ser «unidad y cohesión». El primer ministro portugués, Antonio Costa, habló de dar un «nuevo empuje a Europa» y de defender sus «valores» genuinos para demostrar así que los líderes entienden las preocupaciones de sus ciudadanos. Para ello, dijo, es necesario reforzar la seguridad y las fronteras exteriores, pero desde la «posición de la solidaridad», apoyando a los países africanos y repartiendo de forma justa y equitativa el peso de la crisis de refugiados.
Los líderes aprobaron un documento conjunto, que denominaron «Declaración de Atenas», en el que exponen una serie de prioridades con las que acudirán a la cumbre comunitaria de Bratislava, el próximo viernes. En su primer punto, relativo a la seguridad, proponen mejorar la protección de las fronteras exteriores, mediante una mejor cooperación, pero siempre respetando la integridad territorial de los estados y la inviolabilidad de las fronteras, y todo ello en un espíritu de solidaridad. Igualmente, piden reforzar la cooperación en la lucha contra el terrorismo mediante el establecimiento de los instrumentos «necesarios», sobre todo en el ámbito policial y de la justicia.
Para combatir el fenómeno de la radicalización en las ciudades, los siete países proponen invertir en programas concretos de renovación y planificación de las periferias urbanas, y además se muestran a favor de incrementar el intercambio de información de los servicios de inteligencia. El primer ministro italiano hizo hincapié en que Europa no puede limitarse a meras «reglas» y a los «tecnicismos de la austeridad», sino que se debe volver a la Europa de los «ideales». «Hay que contribuir a una Europa distinta», añadió Renzi.
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