Agitación civil

Los mercadillos y mototaxis hacen su agosto en las protestas de Bangkok

A pesar de la creciente violencia relacionada con las protestas en Bangkok, los vendedores ambulantes y los mototaxis han encontrado una oportunidad para hacer negocio en torno a los campamentos antigubernamentales.

Al lado de todos los campamentos de los manifestantes, se encuentra una hilera de conductores de mototaxis con sus vistosos chalecos naranjas, y los mercadillos con comida, camisetas y parafernalia patriótica como gafas con la bandera tailandesa.

En frente del centro comercial MBK y muy cerca del lujoso Siam Paragon, se aloja el corazón de las protestas que desde hace una semana tratan de paralizar la capital para forzar la caída del Gobierno interino e impedir las elecciones del 2 de febrero.

"Prefiero vender aquí porque es más fácil, los manifestantes están encantados de comprar. La mayoría de los vendedores no quiere que acaben las protestas porque ganan mucho dinero", explica a Efe Suwali, una vendedora ambulante que saca al menos 60 dólares (unos 44 euros) diarios en las presentes circunstancias.

Suwali, de 47 años, expresa su apoyo por el líder de las protestas, Suthep Thaugsuban, ex viceprimer ministro (2008-2011) y quien dejó su escaño parlamentario el pasado noviembre para encabezar las movilizaciones contra el Ejecutivo.

"Antes yo no apoyaba a Suthep, pero desde que dejó la política sí. Creo que habla y hace las cosas de corazón. Los vendedores también donamos dinero y cocinamos para los manifestantes", señala Suwali, quien reside en la capital.

Los mercadillos de las protestas venden camisetas con el lema "Shut Down Bangkok"(Apaga Bangkok) o la fotografía de Suthep y toda una parafernalia con los colores de la bandera tailandesa como gafas, pegatinas, pulseras o silbatos, que se han convertido en los ruidosos iconos de las movilizaciones.

Hay puestos de comida a precios muy económicos, aunque los organizadores también reparten agua y alimentos, como arroz con pollo y sopas de fideos, de forma gratuita entre los manifestantes e incluso a los turistas curiosos.

En varias sillas de playa puestas en la acera, un par de seguidores de las protestas y dos turistas se dan un masaje por 150 bat (unos 4,5 dólares o 3,3 euros) en frente del MBK, uno de los centros comerciales más populares de Bangkok.

Se llegaron a vender hasta chalecos antibala de fabricación casera, ante la preocupación creciente por los esporádicos ataques con granadas o tiroteos contra los campamentos instalados en siete intersecciones de la capital.

Arsali Malikorn, otra vendedora ambulante, asegura que la mayoría de sus clientes son mujeres que compran silbatos, diademas y pegatinas.

"Mi madre diseñó los artículos que vendemos", cuenta Arsali en su puesto donde los pendientes cuestan unos 35 bat (algo más de un dólar o 70 céntimos de euro).

El consumo de estos productos se ha convertido en una forma de mostrar apoyo a las manifestaciones antigubernamentales y amor patriótico hacia la nación.

"Yo compro cosas porque amo Tailandia. Normalmente compro camisetas con la bandera tailandesa, con el rostro de Suthep y el lema 'Shut Down'", afirma Numyao Nimnamai.

"He comprado para mi hijo, mi marido, amigos que no han podido venir y para mí. Son recuerdos de las protestas", admite la cliente-manifestante.

Unos de los sectores más beneficiados es el de conductores de mototaxi, el mejor sistema de transporte cuando los manifestantes bloquean avenidas o marchan por las calles causando largos atascos.

Sentado en la parte trasera de una moto, es fácil eludir una manifestación o escapar de una, aunque se por la acera.

Aunque la asociación de mototaxis se comprometió a no aumentar los precios, lo cierto es que muchos conductores aplican unas tarifas que duplican o triplican el coste habitual.