Francia
Macron pincha en el Senado y ve amenazadas sus reformas
Los conservadores mantienen su mayoría en la Cámara Alta y dejan al partido del presidente con tan sólo una veintena de representantes
Los conservadores mantienen su mayoría en la Cámara Alta y dejan al partido del presidente con tan sólo una veintena de representantes.
Las elecciones senatoriales celebradas ayer en Francia permitieron a la derecha conservar la mayoría en la Cámara Alta, los socialistas levantaron cabeza y la República en Marcha perdió terreno, mientras que la extrema derecha no tendrá más que los dos senadores que ya poseía. Para el presidente de la República es un primer varapalo. Es cierto que el Senado puede complicar la adopción de ciertas leyes, pero no impedirla, su apoyo es necesario para modificar la Constitución, porque se requiere el apoyo de los tres quintos de las dos Cámaras. Macron lo necesita para llevar a cabo una de sus principales promesas electorales, la reducción de un tercio del número de parlamentarios «de las tres asambleas constitucionales» (hoy son 577 diputados, 348 senadores y 233 miembros del Consejo Económico y Social), como anunció solemnemente ante el Parlamento reunido en Congreso en Versalles el 3 de julio. Allí prometió un Parlamento menos numeroso, pero con más medios y un trabajo más fluido con colaboradores más formados, pero también amenazó con utilizar la «vía del referéndum» si la reforma no estaba terminada en un año. Sin embargo, con los malos resultados en el Senado y la pérdida constante de popularidad (salvo en los últimos sondeos) Macron podría adentrarse en terreno minado.
La mitad del Senado fue renovado ayer a través de un sufragio indirecto. El cuerpo electoral está formado por todos los cargos electos (diputados y consejeros regionales, departamentales y municipales), unas 75.000 personas. Esos comicios son, consecuentemente, un reflejo del mapa electoral surgido en las municipales previas. La mayoría de los grandes electores, que así les llaman, proceden de las últimas elecciones municipales, en este caso las de 2014, en las que conservadores y centristas arrasaron, lo que explica en parte el resultado que salió ayer de las urnas.
El partido de Macron, la República en Marcha, obtuvo en junio una mayoría absoluta de 313 diputados sobre los 577 que cuenta la Asamblea. este tsunami no llegó al Senado, pero logró seducir a un grupo de senadores. El socialista François Patriat, uno de los primeros apoyos de Macron, anunció la creación de un grupo de la REM, aunque tuvo que revisar a la baja sus ambiciones. Al final contó con una lista de 29 senadores para formar el nuevo grupo macronista, y no la cuarentena que él había esperado. Eran senadores que abandonaban sus respectivos partidos para inscribirse bajo la bandera del partido del presidente de la República, aunque, en contra también de lo que pensaba obtener, el nuevo grupo estaba compuesto en su mayoría por senadores socialistas, mientras que los conservadores optaron por permanecer en el seno de su familia política, a excepción de Baptiste Lemoyne, que también había apoyado desde el primer momento a Macron, y había visto recompensado su gesto con una secretaría de Estado en el Ministerio de Asuntos Exteriores.
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