Italia

Los puentes de Riccardo Morandi, en el punto de mira

Su técnica del hormigón pretensado ha sido objeto de numerosas críticas en los últimos años por sus problemas estructurales

Otros puente del arquitecto Riccardo Morandi en Maracaibo
Otros puente del arquitecto Riccardo Morandi en Maracaibolarazon

Su técnica del hormigón pretensado ha sido objeto de numerosas críticas en los últimos años por sus problemas estructurales.

Riccardo Morandi, el arquitecto detrás del derruido viaducto que lleva su nombre, es un reputado ingeniero romano. El constructor cuenta en su haber con un gran y polémico currículo a sus espaldas. En el año 1957 construyó el Ponte Amerigo Vespucci en Florencia, pero su trayectoria comenzó pronto a expandirse fuera de «la bota». Durante los años sesenta no solo edificó a lo largo de la península (Cantazaro y Génova), sino que traladó su obra a otros continentes. En Canadá construyó el Kinnaird Bridge; en Libia, el Wadi el Kuf; en Suráfrica, el Paul Sauer; y en Venezuela, el Puente General Rafael Urdaneta. Este último sufrió un grave accidente en el año 1964, cuando el carguero «Esso Maracaibo», que portaba 262.000 barriles de petróleo, colisionó con los pilares 31 y 32 del puente fruto de un cortocirtuito eléctrico que inutilizó los sistemas del barco, según informa Eldiario.es.

Morandi siempre se apoyó en la técnica del hormigón pretensado, por la cual los elementos estructurales del material son sometidos a esfuerzos de comprensión para superar su debilidad natural y aumentar la resistencia a la tracción. Existen dos técnicas para el trabajo con el hormigón: el pretensado y el postensado. El segundo es aquel proceso según el cual el material, tras ser vertido, se somete a compresión interna utilizando herramientas como barras de acero. Éstas se tensan después de que el hormigón haya adquirido consistencia y resistencia. El pretensado sigue un proceso similar, pero alterando el orden de los procesos: aquí las herramientas se tensan antes de que se produzca el proceso de hormigonado. Aunque la patente del proceso la adquiriera originalmente Eugène Freyssinet en 1920, el italiano cuenta con siete licencias derivadas que aparecen en la mayoría de antologías relacionadas con la ingeniería.

Ya en los años ochenta el Puente Morandi presentaba múltiples desperfectos (baches sobre todo) por la distribución de las estructuras. Fue bautizado también como «puente enfermo» por tener que someterse a repetidos arreglos en el nivelado.

Antonio Brenchich, profesor de la Universidad de Génova, alertó en 2016 de que «el puente Morandi estaba afectado por gravísimos problemas de corrosión por la tecnología que había patentado». El ingeniero también levantó puentes en Canneto o Roma que ahora se hallan en el punto de mira. Lo que en los 50 parecía virtuosismo ostentoso, ahora se codea con la tragedia irreversible.