Irak

Los superpoderes de Erdogan

Turquía amanece a una nueva era sin apenas separación de poderes ante la alarma de Occidente.

Erdogan cuenta casi con más retratos que el padre de la patria, Kemal Atatürk, en las calles de Estambul
Erdogan cuenta casi con más retratos que el padre de la patria, Kemal Atatürk, en las calles de Estambullarazon

Turquía amanece a una nueva era sin apenas separación de poderes ante la alarma de Occidente.

Turquía despertó ayer exhausta después de unas intensas elecciones que le han dado otra vez la mayoría absoluta a Recep Tayyip Erdogan. Su principal rival, el socialdemócrata Muharrem Ince, reconoció su derrota y exhortó al presidente a gobernar para «todos» los turcos.

Mientras más de la mitad del electorado, no de la población turca, celebraba la reelección del «sultán», la otra mitad lamentaba los resultados. «Todas las expectativas de cambio, de poder vivir en una democracia, y no bajo un régimen autoritario, se han muerto», declaró decepcionado Onur, que participó el domingo como observador independiente. El reelegido presidente ha acumulado todo el poder encarnándose en la figura del águila bicéfala como jefe de Estado y de Gobierno. Mientras que Erdogan ha conseguido la mayoría absoluta en las presidenciales, su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) ha perdido la oportunidad de ganar la mayoría parlamentaria al haber obtenido el 42,6% por lo que tendrá que mantenerse en coalición con su aliado de ultraderecha, el Movimiento de Acción Nacionalista (MHP).

Contra todo pronóstico, ya que los analistas le daban pocas esperanzas de vida al moribundo líder derechista, Devlet Bahçeli, el MHP se ha convertido en la pieza clave para la continuidad del AKP. «Esto dará como resultado un giro hacia el nacionalismo en la política turca, tanto a nivel nacional como en la política exterior», advierte a LA RAZÓN Aykan Erdemir de la Fundación para la Defensa de las Democracias. «Con esta alianza con la extrema derecha se espera que el nuevo Gobierno emprenda más acciones militares transfronterizas en Siria e Irak. Con esta unión también se descarta un retorno al proceso de paz con los kurdos», puntualiza el ex parlamentario turco. Para Edermir, ahora que el partido kurdo HDP está de vuelta en el Parlamento, gracias a los votos de los socialdemócratas y liberales, «podría ser un momento para que el HDP trace una línea clara de separación entre él y el PKK, considerado terrorista por Erdogan. «La separación del HDP podría abrir la puerta del dialogo al proceso kurdo, pero reconozco que hay mucho camino y trabajo por hacer aún», indicó, por su parte, Semen Aydin, de la Universidad Sabanci.

En las cárceles hay miles de detenidos políticos tanto relacionados con el proscrito grupo kurdo PKK como partidarios del clérigo opositor, Fethullah Gülen, cuya organización FETO es considerada terrorista por Turquía. El presidente prometió en su primer discurso a la nación que en su nuevo mandato «luchar con aún más fuerza contra las organizaciones terroristas». Erdogan señaló que su victoria «servirá también para liberar el territorio de Siria y enviar a los amigos sirios de vuelta a su país, en confianza y seguridad», en alusión a refugiados que acoge Turquía.

Pero ahora que Erdogan será el único encargado de la designación directa de altos funcionarios públicos, será aun más incierto el futuro de los cientos de detenidos y decenas de miles de funcionarios que perdieron su puesto de trabajo en la purga de Erdogan tras el fallido golpe de Estado.

Una de las primeras promesas del presidente si ganaba la presidencia fue que levantaría el estado de emergencia, vigente desde julio de 2016. Pero en su primer discurso, lo único que mencionó el reelegido mandatario es que «cumplirá con sus promesas electorales». Habrá que ver ahora si levantar el estado de emergencia seguirá siendo una de las prioridades en su nuevo mandato absoluto. El mandatario turco se comprometió a continuar «desde donde hemos llevado a nuestro país en términos de democracia y economía».

La crisis económica, con el aumento de la inflación a más del 10% y la caída de la lira frente al dólar, ha sido el talón de Aquiles del actual Gobierno turco pese a los logros económicos cosechados por Erdogan en el pasado. Según Erdemir, «la economía seguirá siendo el principal problema a tener en cuenta».