Kabul

Los talibanes ponen a la ONU y al FMI en la diana

El atentado en Kabul contra extranjeros rememora la peor época de la violencia

La Policía afgana ayuda a uno de los heridos del ataque en Kabul
La Policía afgana ayuda a uno de los heridos del ataque en Kabullarazon

A un año de que las tropas de la OTAN abandonen definitivamente Afganistán, los talibanes parecen haber cambiado de objetivos y, para dar un toque de atención, en lugar de atentar contra edificios gubernamentales o legaciones extranjeras, han atacado lugares públicos que frecuentan los occidentales. El último balance asciende a 21 muertos, 13 de ellos extranjeros, en el ataque suicida del viernes por la noche en un restaurante frecuentado por extranjeros en una zona céntrica de Kabul. El mensaje era claro: atacar un lugar «donde los invasores se reunían a cenar y a tomar mucho alcohol» para dar «una lección al enemigo que nunca olvidará», en declaraciones del portavoz de los Talibán, Habihullah Mujahid, que se atribuyeran a su grupo el atentado suicida.

El ataque contra el restaurante libanés La Taberna representa el mayor acto de violencia cometido contra objetivos civiles occidentales desde que las fuerzas de la OTAN se desplegaron en Afganistán a finales de 2001. El hecho de que los talibanes hayan podido llegar a un restaurante para extranjeros, donde la seguridad es muy fuerte y está prohibida la entrada a ciudadanos locales, podría provocar una ola de pánico entre los expatriados que viven en Kabul. Precisamente, La Taberna era frecuentado por diplomáticos, asesores, cooperantes humanitarios y otros expatriados residentes en la capital afgana. Según fuentes policiales, un primer suicida detonó los explosivos que llevaba adheridos al cuerpo en la entrada del restaurante libanés y otros dos fedayines, aprovechando la confusión, entraron en el local, repleto de extranjeros, y comenzaron a disparar. Fueron quince minutos de infierno hasta que llegaron las fuerzas afganas, apoyados por helicópteros militares. Entre las víctimas se encontraban tres funcionarios civiles de la ONU y el jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Afganistán, así como dos ciudadanos estadounidenses que trabajaban en la Universidad Americana de Afganistán.

Al término de la investigación que concluyó ayer, el jefe de la Policía de Kabul, general Mohamad Zahir Zahir, confirmó la nacionalidades de los extranjeros fallecidos, entre los que se encontraban dos británicos, dos canadienses, un danés, un ruso, dos libaneses, un estadounidense de origen somalí y un paquistaní. Además, el jefe de la Policía detalló que entre los fallecidos había cinco mujeres: cuatro extranjeras y una afgana.