Argentina

Macri planta cara a Maduro al exigir la liberación de López

El presidente argentino se estrena en Mercosur con un llamamiento regional para defender la democracia en Venezuela y condenar la existencia de presos políticos

Giro de 180 grados. El presidente Mauricio Macri puso en marcha la nueva política exterior de Argentina durante la Cumbre de Mercosur. En la imagen, junto a las presidentas de Chile y Brasil
Giro de 180 grados. El presidente Mauricio Macri puso en marcha la nueva política exterior de Argentina durante la Cumbre de Mercosur. En la imagen, junto a las presidentas de Chile y Brasillarazon

El presidente argentino se estrena en Mercosur con un llamamiento regional para defender la democracia en Venezuela y condenar la existencia de presos políticos

El presidente argentino, Mauricio Macri, exigió ayer «la pronta liberación de los presos políticos en Venezuela» durante su primera intervención como jefe de Estado en una reunión del Mercosur, un espacio desde el cual, dijo, los países miembros deben «fortalecer las relaciones económicas y comerciales» para «crecer y reducir las desigualdades» en la región suramericana. Para eso, agregó el mandatario argentino, el bloque debe «apretar el acelerador» y «avanzar en el acuerdo con la Unión Europea», un convenio que para el flamante presidente resulta «una prioridad», como también profundizar las conversaciones con los países que integran la Alianza del Pacífico.

«Quiero pedir expresamente, aquí delante de todos los queridos presidentes de los Estados miembros y asociados del Mercosur, por la pronta liberación de los presos políticos en Venezuela. En los Estados miembros no puede haber lugar para la persecución política por razones ideológicas, y la privación ilegítima de la libertad, por pensar distinto», expresó Macri durante la 49° Cumbre de mandatarios del Mercosur, realizada en Asunción, la capital paraguaya.

Así Macri cumplió con una de sus promesas de campaña: plantear en el ámbito regional las violaciones a los derechos humanos denunciadas a nivel internacional por los opositores al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ausente en la reunión de jefes de Estado en Paraguay.

Macri asumió el gobierno el pasado 10 de diciembre con la intención de modificar la relación de amistad que Argentina y Venezuela construyeron desde los primeros años de 2000 durante las administraciones de los fallecidos mandatarios Néstor Kirchner y Hugo Chávez, y que continuaron sus sucesores Cristina Fernández y Maduro. Durante la celebración del triunfo electoral sobre el kirchnerismo, Macri recibió en Buenos Aires a Lilian Tintori, la esposa del dirigente opositor venezolano Leopoldo López, en prisión tras ser condenado en septiembre a cumplir una pena superior a 13 años por participar, según la acusación del Gobierno, en protestas que buscaban desestabilizar al gobierno venezolano.

En diferentes actos públicos Macri se había comprometido a exigir ante el Mercosur la aplicación contra Venezuela de la «Cláusula Democrática» que rige en el reglamento del bloque y que representa la suspensión del país caribeño como Estado miembro debido a la «persecución de opositores» que rige a nivel nacional.

Tras la presentación de Macri ante el Mercosur la ministra de Relaciones Exteriores venezolana, Delcy Rodríguez, máxima representante de su país en Paraguay debido a la ausencia de Maduro, pidió al presidente argentino que «deje de defender a los violentos», en referencia a los opositores, porque, agregó, «Venezuela es un garante en derechos humanos».

«Señor Macri, usted está ejerciendo injerencia política en mi país. En Venezuela existen poderes públicos independientes que deben ser respetados por la comunidad internacional», respondió Rodríguez en nombre de su gobierno.

Macri, sin embargo, también pidió «prudencia a la oposición» venezolana tras los comicios legislativos realizados el 6 de diciembre pasado y en los que se impuso. La llegada de Macri al poder en Argentina no sólo puso fin al ciclo político kirchnerista tras doce años en el poder, sino que impulsa como objetivo consolidar un cambio en la línea «chavista» que rigió mayoritariamente en la política internacional del continente desde el comienzo del siglo. El mandatario de centroderecha anunció que intentará afianzar vínculos en la región con países como Chile, Colombia y Perú por sobre naciones como Ecuador, Bolivia y la misma Venezuela. Además, procurará acercarse a Estados Unidos y a la Unión Europea.

En tal sentido, mencionó en Paraguay la necesidad de que el Mercosur, conformado hace 25 años, fortalezca sus «relaciones económicas y comerciales» para «crecer y reducir las desigualdades». «Tenemos un enorme potencial para llegar a cada rincón del mundo. La vitalidad creativa y el talento de nuestra gente, más la riqueza de nuestro suelo, nos coloca en un lugar estratégico de cara al futuro», consideró Macri. El presidente argentino estuvo acompañado en Asunción por su jefe de Gabinete, Marcos Peña, y por la ministra de Exteriores, Susana Malcorra, una diplomática que dejó su puesto en las Naciones Unidas para sumarse a su Gabinete.

Además de los aspectos comerciales y económicos del bloque, Macri aseguró que el Mercosur “es un espacio esencial” para establecer “un fuerte compromiso” y “derrotar de una vez por todas al narcotráfico. Es un espacio esencial para la cooperación en esta materia, donde hemos hecho algunos avances y donde todavía hay mucho que podemos profundizar”, agregó.

Revés judicial para el presidente

- Un juez federal de Argentina ordenó ayer la suspensión de las designaciones provisionales de los jueces Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti en la Corte Suprema de Justicia que firmó por decreto Mauricio Macri. En su fallo, que describió como «acutelar», Alejo Ramos Padilla alegó que a través de estas designaciones se han lesionado derechos y garantías constitucionales fundamentales.

- La suspensión quedará sin efecto si Rosenkrantz y Rosatti reciben el aval de una mayoría calificada del Senado. La designación de jueces de la Corte Suprema por decreto, un mecanismo previsto en la Constitución argentina, pero que no se usaba desde el siglo XIX, fue criticada la oposición que pidió que la cuestión se tratara en el Parlamento. El fallo, que puede ser apelado, supone el primer revés de Macri.