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Macron cambia a cuatro ministros del Gobierno

Castaner, el nuevo ministro de Interior/Ap
Castaner, el nuevo ministro de Interior/Aplarazon

Macron ha remodelado su Gobierno. Los cambios afectan a cuatro ministerios incluido el de Interior.

Emmanuel Macron se dirigió ayer a los franceses en una declaración grabada y transmitida a las ocho de la tarde por televisión para decirles que el cambio de Gobierno no supone «ni un giro ni un cambio de rumbo». El presidente de la República confirmó su determinación de «transformar profundamente el Estado», y a los que muestran impaciencia aseguró que él mismo la comparte, pero está sometido al ritmo de las instituciones y que «no hemos diferido jamás una decisión que se podía tomar». También entonó una especie de «mea culpa» por las palabras o actos, «mi determinación o mi franqueza al hablar», con los que ha podido «chocar a algunos».

Tras la estrepitosa dimisión de Gérard Collomb, que forzó a Macron a aceptar su marcha al frente el Interior, el presidente francés ha tardado dos semanas en encontrar el sustituto más adecuado, y ajustar el resto del Ejecutivo. El designado para tomar el relevo en la plaza Beauvau es Christophe Castaner, uno de los hombres más fieles a Emmanuel Macron. Eso sí, la falta de experiencia del nuevo titular de Interior ha hecho necesario el nombramiento de un secretario de Estado. Sin contar con que el ministro del Interior ha pasado de ser el «número» dos del Gobierno y ministro de Estado, a simple ministro, y en el número once en el protocolo. Es significativo que su puesto sea ocupado ahora por el de Educación.

Para apoyarle en la gestión del Ministerio ha sido nombrado Laurent Nuñez, el jefe de los servicios secretos franceses, laDirección General de la Seguridad Interior (DGSI), encargada de la lucha contra el terrorismo.

Uno de los primeros cometidos de Castaner será controlar un tema espinoso, el nuevo mapa electoral, un rompecabezas que llevará a la creación de nuevas circunscripciones que supondrán que una veintena de departamentos ganen o pierdan diputados. Mientras que Nuñez, antiguo prefecto de Bouches-Du-Rhône, especialista en temas de seguridad, tendrá entre sus manos el funcionamiento del engranaje policial. Para los representantes de las Fuerzas de Seguridad, la pareja formada por el macronista «de toda la vida», con acceso directo al presidente de la República, y el «experto», puede revelarse un tándem ideal.

En el nuevo Gobierno, los centristas del Modem de François Bayrou recuperan parte del terreno perdido hace más de un año, cuando tres de ellos (los ministros de Justicia, Defensa y Asuntos Europeos) se vieron obligados a dimitir tras la apertura de una investigación por abuso de confianza en torno a la supuesta creación de empleos ficticios en el Parlamento Europeo. En esta ocasión, Jacqueline Gourault, cercana a Bayrou, es nombrada ministra de Cohesión de Territorios y Colectividades Locales. A ella le corresponderá restablecer los lazos entre el Estado y los cargos locales, que denuncian con frecuencia la falta de consideración del Ejecutivo ante sus preocupaciones. También forma parte del Ejecutivo otro centrista, Marc Fesneau, nuevo ministro de Relaciones con el Parlamento.

Macron y Philippe también han ido a pesar en las aguas de republicanos y socialistas, aunque no se trata de grandes recuperaciones. El nuevo ministro de Cultura, Frank Riester, es un conservador juppeista, que desde el primer día ha militado por un acercamiento al mandatario. A la izquierda ha sido rescatado un ex socialista, Didier Guillaume, nuevo ministro de Agricultura, antiguo director de campaña de Manuel Valls, que anunció a principios de año que dejaba la política, pero finalmente ha cambiado de opinión. La composición del nuevo Gobierno muestra una especie de fatiga, como si se hubiera agotado el entusiasmo de las primeras horas del macronismo. Entre los nuevos ministros reclutados o reciclados no hay ninguno que lleve a saludar el genio del presidente de la República para lograr apoyos en la puesta en marcha de su proyecto para la nación. No ha incorporado grandes figuras de la sociedad civil, como hizo con los fichajes de Nicolas Hulot, periodista y figura de defensa de la naturaleza, al frente del ministerio de Ecología. Jean Michel Blanquer, alto funcionario en el ministerio de Educación, como ministro del ramo, Agnès Buzyn, médico, como ministra de Sanidad, o la editora Françoise Nyssen como titular de Cultura, que no ha sido renovada.

La intervención de Emmanuel Macron anoche en la televisión, así como el nuevo Ejecutivo, sirven para sentar las bases de lo que será en los próximos meses una lucha contra los extremos y los nacionalismos de cara a las elecciones europeas del 23 de mayo. «No nos equivoquemos de enemigo», pidió el presidente galo a los franceses: «El mundo se fractura, aparecen nuevos desórdenes y Europa se inclina casi por todas partes hacia los extremos y cede de nuevo ante los nacionalismos».

Para hacer frente a ello, Francia necesita «todas las energías de la nación», dijo Macron, convencido de que Francia puede imponer su voz si alía sus fuerzas internas, tal y como ha intentado hacer con la composición del nuevo Ejecutivo. «Creo en este proyecto que quiero llevar a cabo en Europa. Y por ello he deseado una unión más amplia», explicó el mandatario galo.

EFE