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Maduro no es Chávez: la clave son los indecisos
Su falta de discurso y liderazgo ha aumentado la desconfianza de muchos chavistas, que dudan a quién dar su voto n Si Capriles se hace con esos apoyos, puede lograr la victoria
La sombra de Chávez no es la única que planea sobre los comicios que mañana decidirán el nombre del presidente de Venezuela. La abstención sobrevuela el país iberoamericano con una fuerza inusitada y desconocida en lo que hasta hace poco era el reino chavista.
La sombra de Chávez no es la única que planea sobre los comicios que mañana decidirán el nombre del presidente de Venezuela. La abstención sobrevuela el país iberoamericano con una fuerza inusitada y desconocida en lo que hasta hace poco era el reino chavista. Estas elecciones, celebradas poco más de un mes después de la muerte de Chávez, se han convertido en las más peculiares y especiales que se recuerdan en Venezuela: por su brevedad y por la constante mención al líder fallecido. Además, ahora las dudas con las que muchos votantes venezolanos afrontan la cita con las urnas irrumpen como un factor novedoso en el país petrolero, que se debatió los últimos 14 años entre el amor y el odio hacia Hugo Chávez. Después de una participación récord, que alcanzó el 80% en los pasados comicios de octubre, el fantasma de la abstención es una amenaza que ambos equipos de campaña tratan de atajar. Encuestadoras como Datanálisis aseguran que se espera un aumento de la abstención pese a que la condición atípica de la elección no permite calcular con precisión su porcentaje o a qué bando puede afectar más. El 10% de los consultados en las encuestas no saben por quién votará y este hecho, a tan escasos días de la cita electoral y en un país tan polarizado como Venezuela, es una rareza de inesperadas consecuencias. La población que queda «en tierra de nadie» recibe muchos nombres: «ni-nis, no alineados o indecisos». Pese a no existir unidad en cuanto a su denominación, lo que está claro y apuntan los expertos es que ninguno de ellos es «ni chavista ni opositor». Y ellos serán los que tengan la clave a la hora de señalar al ganador del 14-A.
Jorge Castañeda Gutman, especialista en temas políticos e internacionales, precisó a LA RAZÓN, al referirse al proceso electoral de mañana, que la encuesta de la empresa Datamática muestra que en los últimos cuatro o cinco días se cruzaron las preferencias de los candidatos Nicolás Maduro y Henrique Capriles, de manera que el opositor quedaría tres o cuatro puntos por encima del oficialista. Esta variación supondría una derrota histórica para el chavismo. Este impresionante cambio de tendencia se debería principalmente a que en los últimos días los indecisos parecen estar tomando posiciones en la contienda electoral. Parece que se estarían inclinado hacia la candidatura de Capriles ya que se sentirían más seguros con su discurso que con el del heredero designado por Chávez. Maduro carece de la capacidad de liderazgo y de convicción que aupó al fallecido mandatario a la presidencia venezolana y que le granjeó una legión de seguidores. Esta tesis de que algo se mueve en Venezuela la sucriben no sólo expertos y analistas, sino también algunos políticos como el ex canciller mexicano que, de visita en Caracas, resaltó que los actos que ha encabezado Capriles en la capital en los últimos días han sido «la manifestación opositora más importante que se produce desde el año 99».
Sin embargo, ni todas las opiniones ni todas las encuestas recogen este cambio de tendencia de una manera tan clara y contundente. Los números de la encuestadora Datin Corp son algo más conservadores y muestran que la candidatura de Maduro ha perdido un promedio de casi 2,66 puntos por semana mientras que la de Capriles ha subido dos puntos en el mismo periodo de tiempo. Al margen de las cifras concretas, que se perfilarán en las urnas mañana, lo que ambas encuestadoras resaltan y en lo que coinciden es que la campaña de Maduro ha protagonizado una cadena de desaciertos y que el candidato no ha logrado superar la desconfianza que gira a su alrededor desde que fue ungido. Ni las continuas referencias a Chávez, con especial atención a la figura del «pajarito» han gustado a una gran parte de la población que necesita soluciones más concretas y menos puestas en escena de contactos con el más allá. «En el estudio anterior, nosotros detectamos que muchos chavistas no confían en Maduro, que no lo ven igual que Chávez y que hay mucha incertidumbre y mucha ansiedad entre ellos», detalla a este diario Jesús Seguías, presidente de Datin Corp –la encuestadora que más acertó en los pasados comicios celebrados en octubre de 2012-. «Te cuentan, por ejemplo, ''yo soy chavista pero a mí no me gusta Maduro y voy a votar por Capriles''. Te dicen que el tema del pajarito no les gustó, muchos de ellos no han comprendido el motivo por el que inventaron eso». Además, explica que «Maduro parece ignorar que apenas el 12% de los chavistas lo es por razones políticas o ideológicas y que el restante 88 por ciento no tiene nada que ver ni con el socialismo, ni con el anticapitalismo; ni con Marx, Lenin y Fidel Castro, y mucho menos con Cuba». Con estos elementos y a sólo unas horas de que abran los colegios electorales en Venezuela, la incertidumbre sobre el resultado gana fuerza y se barajan todas las posibilidades. Los opositores confían en la victoria y los seguidores de Maduro aspiran a mantener la ventaja de hace cinco meses.
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