Venezuela

Maduro reclama auxilio a sus socios de la Celac

El presidente bolivariano reconoce ante el fórum la «difícil situación» de Venezuela.

El presidente venezolano sostiene una rosa en la foto oficial de la cumbre de la Celac
El presidente venezolano sostiene una rosa en la foto oficial de la cumbre de la Celaclarazon

El presidente bolivariano reconoce ante el fórum la «difícil situación» de Venezuela.

Hace un año, el presidente Nicolás Maduro tendió su mano para apoyar a Ecuador. «Humildemente, desde Venezuela decimos: cuenten con el apoyo, el respaldo, la compañía, la solidaridad de la República Bolivariana de Venezuela», pronunció en un discurso epopéyico en la III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) desde Costa Rica. En la cuarta cita de la Celac celebrada ayer se cambiaron las tornas: Maduro pidió auxilio a sus socios ante la «emergencia económica» del país. «Venezuela está en una situación muy difícil», reconoció el mandatario bolivariano en el aeropuerto de Quito (Ecuador) –sede del encuentro–, para justificar el estado de emergencia declarado el 14 de enero con el objetivo de «fortalecer lo social, para defender los derechos sociales del pueblo y para iniciar un nuevo modelo económico productivo». «Plantear un conjunto de posibilidades para, desde América Latina, atender la emergencia económica de Venezuela», con la mayor inflación del mundo, un 141% el pasado año, y alrededor de un 70% de escasez.

La propuesta del dirigente consiste en «incrementar el comercio justo, para aumentar la complementaridad y la solidaridad», además de «nuestras propias soluciones y nuestro propio camino» para consolidar la integración. Ante ese reto, Maduro se mostró con «gran optimismo» hacia el encuentro y destacó a la Celac como «el camino de América» para construir «la unión perpetua entre América Latina y El Caribe» en «un bloque potencia de paz, integración y desarrollo». La Celac es uno de los organismos supranacionales más amables para el Gobierno chavista, que mantiene una batalla abierta con la Organización de Estados Americanos (OEA), entre otros. Sin embargo, el aislamiento de Venezuela en la región va en aumento, potenciado por sus deudas y el relevo político en países como Argentina. El nuevo enemigo de Maduro es el presidente argentino, Mauricio Macri, a quien advirtió de que iba a ir «con todo» a la cumbre y no aceptaría «abusos de nadie». «Han roto las reglas de juego (...) Nadie me va a callar», señaló esta semana sobre Macri, con quien mantiene un duro intercambio de ataques. La escenificación del choque, sin embargo, no se produjo. El presidente argentino no participó en el encuentro por una fisura en la costilla. Una ausencia notable que resta fuerza a la cumbre y la acerca a la desintegración más que a la «unión».

El debilitamiento de la posición de Venezuela se ha agudizado por las dificultades económicas, que han deteriorado relaciones con algunos aliados, como Uruguay. Los productores lácteos de ese país protestaron la semana pasada por el impago del Gobierno bolivariano de unos 100 millones de dólares, de los que se saldaron la mitad recientemente. La oposición uruguaya cuestionó en el Parlamento esos retrasos en la cancelación de las exportaciones a Venezuela. Una deuda millonaria y un entuerto que puso en apuros en casa al propio ex presidente José Mújica, fiel socio del chavismo. Maduro también redobla esfuerzos diplomáticos para frenar a toda costa el desplome del precio del petróleo. El líder revolucionario ordenó a su ministro de Petróleo iniciar una gira «inmediata, relámpago y concreta» por los países productores.