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Maduro refuerza el ala radical en su nuevo Gabinete
Coloca al frente de Economía a un «cachorro» de la línea más dura, Luis Salas, de 39 años, sin apenas experiencia. Cabello advierte de que no se acatarán las leyes del Parlamento por la investidura de los diputados sancionados
Coloca al frente de Economía a un «cachorro» de la línea más dura, Luis Salas, de 39 años, sin apenas experiencia. Cabello advierte de que no se acatarán las leyes del Parlamento por la investidura de los diputados sancionados
El chavismo enroca posiciones frente a la férrea actitud de la oposición. El Gobierno prioriza su proyecto económico en la remodelación del gabinete y advierte que desoirá las decisiones de la nueva Asamblea Nacional (AN), mientras que la oposición culmina su desafío al jurar el cargo los tres diputados impugnados por el Supremo. «Una Revolución dentro de la Revolución, para darle mayor poder al pueblo» fue el lema del presidente Nicolás Maduro para anunciar un gabinete destinado a perpetuar la línea más ortodoxa del llamado Socialismo del Siglo XXI: el aumento de altos cargos (de 28 a 32), el refuerzo del área económica con cinco ministerios capitaneados por el radical Luis Salas, 39 años, y el mantenimiento de la cuota de los militares (de los cuales depende).
La renovación ministerial se salda con la incorporación de 18 rostros nuevos y el mantenimento de 14. «Una suerte de enroque que parece demostrar que el chavismo no dispone de personas cualificadas», asegura a este diario el analista político, Emilio Nouel, quien pone como ejemplo de esa «falta de experiencia» a Luis Salas, nombrado vicepresidente económico. Este profesor de Sociología nunca ha trabajado en el sector público ni privado y tan sólo es conocido por sus artículos sobre la «guerra económica» en el diario «Aporrea», altavoz del ala más radical del chavismo. Para el politólogo, Salas representa «la visión más anacrónica y atrasada» y sus «líneas son disparatadas», como han criticado otros expertos. El nombramiento de Salas va acompañado de la creación de cinco nuevas carteras en el plano económico. Algunas «con tan poco sentido», como indica Nouel, como la de Agricultura Urbana, «cuando en Venezuela todavía no se gestiona bien el campo». De ese modo, Maduro refuerza el aparato económico de su Gobierno para poner en marcha la «agenda priorizada de contraofensiva económica», un plan a tres años que se contrapone a la iniciativa de la oposición y que el presidente bolivariano puede aplicar por decreto. Otro aspecto destacado es el mantenimiento de los militares. Para Nouel, «esa decisión responde a la presión del brazo militar para mantener su cuota de poder y que tiene preso en ese cepo a Maduro», que había prometido devolver a los uniformados a los cuarteles. Como ejemplos de ese anquilosamiento destacan el traspaso del antes vicepresidente económico, Rodolfo Marco Torres, al frente de Alimentación, o la designación del almirante Ángel Belisario como ministro de Pesca y Agricultura.
Como contrapeso, Maduro nombró vicepresidente político a un civil moderado, Aristóbulo Istúriz, un histórico en las filas chavistas que dio sus primeros pasos en Acción Democrática (AD), el partido socialdemócrata al que pertenece el actual presidente de la AN, el opositor Henry Ramos Allup, y luego viró hacia la lucha sindical. Fue el primero en asumir la derrota del 6 de diciembre y presentar su dimisión. Istúriz sustituye a Jorge Arreaza, yerno del difunto Hugo Chávez, que ahora queda relegado a una vicepresidencia social. «Una decisión fruto de las divisiones en el seno del oficialismo tras la derrota», según indica el politólogo.
El chavismo ha puesto en marcha su maquinaria para gobernar a expensas del poder legislativo. La minoría chavista pidió ayer al Tribunal Superior de Justicia (TSJ) que declare la nulidad de cualquier decisión de la AN, así como anular el juramento de los tres diputados opositores suspendidos cautelarmente por el propio tribunal y que la mayoría opositora invistió el miércoles en la primera sesión ordinaria. Los oficialistas se basan en ese «desacato» para exigir «la prohibición de publicar en la Gaceta Oficial cualquier acto que apruebe la Asamblea», como indicó el diputado chavista, Pedro Carreño.
«La confrontación es inevitable, todo es cuestión de tiempo. Pero parece que ellos la están adelantando», advirtió Cabello sobre una juramentación que ha generado el primer conflicto de poderes, entre el Legislativo y el Judicial. La plataforma opositora, además, también hizo uso de su mayoría parlamentaria para abrir una comisión de investigación sobre la designación de los trece magistrados del Tribunal Supremo aprobada por los oficialistas después de las elecciones.
El otro gesto, especialmente simbólico, fue la retirada de las imágenes de Hugo Chávez y Simón Bolívar del edificio parlamentario. «Quiten esa vaina (cosa) y se la llevan a Miraflores si quieren», ordena Ramos Allup con altanería en un vídeo que se ha hecho viral y al que Maduro respondió con un llamamiento al pueblo «a rebelarse» por la ofensa. Coincidencia o no, la sede de AD, partido de Allup, sufrió ayer un ataque con un supuesto artefacto explosivo, lanzado desde una moto, que no llegó a estallar.
Las claves del gobierno
- Se arrincona al yerno de Chávez. Jorge Arraeza deja la vicepresidencia política y pasa a una «social», lo que da muestras de las divisiones y tensiones dentro del chavismo.
- Área económica. Consta de cinco ministerios y está capitaneada por un defensor de la «guerra económica» del imperialismo, Luis Sala.
- Cuota militar. Mantiene el mismo número de militares, ocho en su gabinete, entre ellos Rodolfo Marco Torres.
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