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Maduro supera el test a su «neochavismo»
El chavismo ganó las elecciones municipales en Venezuela al sumar 5,1 millones de votos (49,2%) frente a 4,4 millones de votos (42,7%) de la opositora Mesa de la Unidad (MUD), que había planteado la elección como un plebiscito sobre el desempeño del presidente, Nicolás Maduro.
El chavismo ganó las elecciones municipales en Venezuela al sumar 5,1 millones de votos (49,2%) frente a 4,4 millones de votos (42,7%) de la opositora Mesa de la Unidad (MUD), que había planteado la elección como un plebiscito sobre el desempeño del presidente, Nicolás Maduro.
Pese a los números globales, la oposición consiguió sin embargo importantes conquistas arrebatando municipios como Valencia, Maturín, Barquisimeto y Barinas al oficialismo y manteniendo la Alcaldía Metropolitana de Caracas y Maracaibo, la segunda ciudad en importancia del país.
Tras una larga jornada de votación que se prolongó más allá del horario previsto en no pocos colegios en los que, según establece la normativa electoral, hubo que esperar hasta que los votantes más rezagados pudieran sufragar, Maduro salió a celebrar lo que consideró una victoria de la democracia y contra la "desestabilización".
"Este gran logro va a bañar de paz, de estabilidad, a toda Venezuela para el trabajo que tenemos que hacer en lo que resta de este año y el próximo año de 2014", indicó Maduro ante sus seguidores.
"Es una garantía nuestro triunfo, imagínense ustedes que hubiera ganado la derecha, ¿qué estaría pasando ahora?", agregó, recordando que la oposición había planteado la cita en términos de plebiscito sobre la gestión de Maduro en medio de la complicada situación económica que vive el país.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) indicó que con los resultados irreversibles en 257 de los 335 municipios, el chavismo gana 196 alcaldías frente a 53 de la MUD, con una participación del 58,9% de los 19 millones de votantes que estaban llamados a las urnas.
Según los cómputos de votación total, el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) alcanzó 4.584.477 votos para el 44,1% del total frente los 4.252.082 (40,9%) de la MUD.
Si a los votos del PSUV se le suman los de sus aliados el chavismo aglutina un apoyo de 5.111.336 votos (49,2%) frente a 4.435.097 (42,7%) de la oposición.
"La proporción es de 3 a 1, por cada tres alcaldías de la revolución ellos ganan 1", celebraba Maduro después de que los resultados se hicieran públicos.
"Yo me pregunto en este momento qué va a hacer la cúpula dirigente de la MUD ante esta cuarta derrota consecutiva en 18 meses", indicó, en alusión a los últimos dos comicios presidenciales y a las elecciones regionales del año pasado.
Maduro llamó a celebrar en paz y lamentó las divisiones internas que hicieron perder municipios como el de Maturín (este), donde las candidaturas separadas del chavismo dejaron en manos de la oposición la alcaldía.
Por su parte, el líder de la oposición Henrique Capriles, jefe de campaña de la oposición en esta contienda, destacó que en las elecciones solo participó un 58 % del electorado, lo cual no es para celebrar, y Venezuela queda como "un país dividido"y sin dueño.
"Hoy nos tiene que quedar claro a todos los venezolanos y a todas las venezolanas es que este país no tiene dueño, que aquí ningún partido es dueño de Venezuela, ni del oficialismo ni de la oposición", indicó junto a los candidatos en Caracas de la oposición, que mantuvo los cuatro municipios de la capital.
"Este país no tiene un dueño (...) y este país dividido nos reclama de todos", agregó el también gobernador del estado Miranda (que abarca parte de Caracas), asegurando que no iba a entrar a hacer valoraciones en base a los números puntuales de la cita electoral.
En su opinión, "salir con un discurso de amenaza y de intimidación", como hizo Maduro, es "querer desconocer lo que pasó el día de hoy, donde votó el 58% es decir, muchos venezolanos no salieron hoy a votar, no salieron a expresarse, eso hay que leerlo".
Los venezolanos acudían a las urnas con la misión de elegir entre el continuismo, tras quince años de hegemonía chavista, o por el cambio. Se trataba del primer test electoral de Maduro siete meses después de haber sido elegido por los ciudadanos para suceder a su mentor, Hugo Chávez. Una prueba de fuego en un contexto económico adverso con una inflación disparada y una profunda escasez de productos básicos.
La renovación de las 337 alcaldías se convirtió para el oficialismo y la oposición en un plebiscito a la gestión de Maduro. El presidente venezolano era consciente de que esta cita electoral le permitiría reforzar su autoridad dentro del chavismo o todo lo contrario. Las medidas populistas adoptadas en el curso de la denominada «guerra económica» que el presidente mantiene con sectores empresariales y la oposición le podrían haber granjeado votos en el último momento. El mandatario, eje de numerosas críticas, ordenó la intervención de comercios para rebajar los precios, y encarceló a varios comerciantes. La orden de rebajar los precios hasta un 50% dio lugar a numerosos saqueos.
El chavismo sacó toda su artillería pesada para garantizarse por lo menos cinco millones de votos, en un país con 19 millones de habitantes, en donde rige el sufragio optativo y viene de registrar una histórica abstención del 50% en los comicios locales. «¡A despertarse! Es el día de la lealtad y del amor ¡Suena la diana, vamos a la victoria!», escribió Maduro en su cuenta oficial de Twitter, a primera hora de la mañana. Volvió a hacer alusión al Día de la Lealtad a Chávez. Agitar la figura del fundador del socialismo del siglo XXI para recabar votos. «El 8 de diciembre Día de la Lealtad y del amor a Chávez y a la Patria. Cuando digo soy chavista, digo soy patria», escribió junto con un vídeo. Maduro se jugaba en estas elecciones la legitimidad como presidente y su poder dentro del propio régimen.
Peligrosa deriva
- Hugo Chávez designó a Maduro como su sucesor antes de morir. El 14 de abril ganó las presidenciales por un puñado de votos y no sin acusaciones de fraude.
- Nueve meses después de su subida al poder, el deterioro económico deja una escasez del 21% y una inflacion de hasta el 45,8%.
- El presidente venezolano obtuvo en noviembre poderes especiales a través de la Ley Habilitante para aprobar medidas populistas como la rebaja de precios.
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