Reino Unido

May sobrevive a su primer examen

Los «tories» salen bien parados de la cita con las urnas y los laboristas de Corbyn no cumplen expectativas

La primera ministra británca, Theresa May, acudió ayer rodeada de colaboradores del partido conservador al ayuntamiento de Wandsworth, Londres
La primera ministra británca, Theresa May, acudió ayer rodeada de colaboradores del partido conservador al ayuntamiento de Wandsworth, Londreslarazon

Los «tories» salen bien parados de la cita con las urnas y los laboristas de Corbyn no cumplen expectativas.

La debilitada «premier» Theresa May ganó ayer algo de oxígeno al evitar el varapalo que se había pronosticado para el Partido Conservador en las elecciones locales celebradas en Inglaterra. Se trataba de la primera cita con las urnas desde que la líder tory perdiera la mayoría absoluta en las generales del año pasado, por lo que representaba un auténtico examen para su popularidad.

Los conservadores consiguieron unos resultados de lo más decentes para una formación que lleva ocho años en el poder. La formación perdió el control del consejo de Trafford, en la ciudad de Manchester, que era su único bastión en una importante región económica dominada por los laboristas. Sin embargo, logró mantener en Londres los municipios de Westminster, Kensington y Chelsea. El hecho de que se evitara un descalabro en la capital británica, donde la gran mayoría del electorado votó por la permanencia en la UE, calmó de alguna manera la tensión que se vive estos días dentro del partido. Los diputados más euroescépticos no están contentos con cómo se están gestionando las negociaciones del Brexit y amenazan incluso con rebelión, por lo que unos malos resultados les habrían dado más munición contra May.

Por su parte, la oposición laborista de Jeremy Corbyn no cumplió con las expectativas que se habían generado en los últimos días. Ganó más concejales, pero no logró arrebatar a los tories, tal y como se esperaba, algunos de los ayuntamientos claves como el de Wandsworth, un municipio de Londres que lleva siendo feudo conservador desde la época de Margaret Thatcher.

En definitiva, los laboristas no consiguieron un progreso significativo que les hubiera servido para presentarse como fuerza política con posibilidades para llegar Downing Street. El propio Corbyn llegó debilitado a la cita con las urnas, entre otros, por las críticas recibidas por su gestión del antisemitismo dentro del partido. En este sentido, a pesar de la intensa campaña, los laboristas vieron cómo los tories recuperaban el control del municipio londinense de Barnet, que es el que mayor proporción de población judía tiene de todo el país.

Las elecciones del jueves serán recordadas también por otro motivo: fueron los últimos comicios municipales en los que pudieron votar los ciudadanos comunitarios que viven ahora en el Reino Unido, ya que el Brexit les arrebatará este derecho.